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Innnspiracionessss.....

Más costa asturiana para despedirnos

Más costa asturiana para despedirnos

Las excursiones por Asturias terminaron visitando algunos lugares que no conocíamos. Por ejemplo Luanco, un lugar ligado a la pesca de ballenas y a una importante actividad conservera, que nos sorprendió gratamente porque vimos mucho ambiente de voleybol en su playa, tenía paseo marítimo, palacios, bares de puerto y una interesante iglesia, la de santa Maria de Luanco, con un Cristo milagroso que en siglo XVIII evitó que unos marineros naufragaran frente a la costa. La historia cuenta que una galerna sorprendió a 200 marineros en sus barcas en plena faena. Viendo que no podían llegar a puerto, los vecinos llevaron en procesión al Cristo hasta el faro y de repente la tormenta amainó y se salvaron todos ellos llegando sanos y salvos a puerto. Aquí estoy delante de la iglesia. Enfrente hay una isla donde llevan en barco a la Virgen del Carmen el dia de su fiesta asegurando que protege a los pescadores desde este enclave. En el puerto había unos paneles informativos con la historia del lugar y resultan muy interesantes: los marineros, sus mujeres y los niños, son homenajeados en esas ilustraciones para que nunca se olvide la dura vida que tuvo la gente en aquella época. Tras Luanco nos dirigimos al pequeño faro de Candás, escondido entre la maleza de su punta rocosa, prestando su servicio igual que el faro más importante de la costa. Poco más adelante llegamos al faro del cabo de Torres, en la zona arqueológica de Gijón, comido por el superpuerto que ha llegado hasta su mismo enclave. Este faro es un didáctico museo abierto donde se detallan la historia de la zona desde la época greco-romana hasta nuestros dias y los faros de la costa, sus formas de funcionamiento ... además de la explicación de la construcción moderna ganada al mar en la bahía de Gijon.

Cuando nuestra visita a Asturias llegó a su fin, en el camino, cercano a Ribadesella, encontramos un restaurante extrañísimo ubicado en un alto transformado en un elegante campo de golf montañoso, la Rasa, cuyos simpáticos camareros y un chef con acento italiano nos acogieron con calidez y nos dejaron sentarnos donde quisimos en una cabaña de madera decorada con gusto. Allí comimos estupendamente mirando a los golfistas intentando embocar con los menos golpes posibles sus bolas en los hoyos. De vuelta, con el puerto de Estacas con niebla, llegamos a Espinosa de los Monteros para tomar un café con unas italianas, estas galletas de toda la vida, tan ricas y mantecosas.

Mi cumpleaños asturiano

Mi cumpleaños asturiano

Qué bien me ha sentado cumplir años esta vez...hace poco he dejado atrás un montón de años de preocupaciones y ahora sólo deseo disfrutar de la vida, aprender de las situaciones que se me presenten, vivir cosas bonitas para recordarlas siempre, gozar de momentos felices con mi querido marido y por supuesto, tener salud y energía para hacer todo lo que deseo. Me pregunto si es mucho pedir, pero en realidad lo que quiero es dejarme fluir con la vida aceptando lo que se me presente lo mejor que sea posible. Bueno, pues tras recibir los bonitos regalos de la persona a la que más quiero en este mundo, nos pusimos en ruta para cumplir lo planificado antes de ir al restaurante a celebrar mi cumpleaños. Entre llamadas y mensajes de felicitación, visitamos el faro de Avilés o faro de Navia entre nieblas. Después nos dirigimos al cercano Faro del Cabo Peñas, que ya conocíamos y estaba muy visitado, con sus antiguas bocinas alineadas en una torre y las islas rocosas sumergiéndose en el mar. Con tanta llamada, me entretuve charlando y no nos dio tiempo ir a Luanco, que lo dejamos para el dia siguiente, asi que nos dirigimos al lugar de la comida, que ya lo habiamos visitado un par de dias antes degustando su menú de chigre que incluía un centollito, ensalada de pulpo, langostinos y queso cabrales con bien de sidra. Nos gustó La Chalana, junto a la ría de Avilés, sus amables camareros y el ambiente de gente que estaba allí, como de nuestra edad, nos animó a repetir, así que íbamos con confianza para degustar el menú de las jornadas del bogavante del Cantábrico y la verdad es que no nos decepcionó. Los platos iban saliendo, abundantes y sabrosos: las zamburiñas, langostinos y bogavante a la plancha fueron un delicioso aperitivo, luego vino la lubina, la brocheta de solomillo y el queso de Cabrales y aunque sentías que no ibas a poder con todo, el albariño ayudó a que termináramos la comida con dos postres incluidos. Fue un festín muy bien servido, en un comedor agradable decorado con gusto al estilo marinero, con luz suave, espacio entre las mesas y unos profesionales camareros, maitre incluido, que nos trataron con mimo y dedicación. Fue una muy buena celebración y la recordaremos siempre. Por la tarde y con lluvia nos acercamos al Museo de las Anclas de Cousteau en un escenario muy adecuado junto a un mar bravío que explotaba contra la orilla. Luego bajamos la ría para visitar el moderno e impactante curvilíneo complejo del brasileño Neinmeyer, un espacio en blanco que contiene una interesante torre con sus redondeadas escaleras exteriores y unos pabellones de diseño futurista que afrecen actividades culturales y espectáculos todo el año. Después paseamos por el casco histórico de Avilés con sus iglesias de un románico tardío, una inmensa plaza para el Ayuntamiento, calles con soportales donde se resguarda la hostelería y casas señoriales y palacios muy barrocos demostrativos de la riqueza de otros tiempos. El inabarcable parque Ferrera, antiguo jardín de un palacio, queda en el medio del recinto comunicando zonas de la ciudad por sus numerosas puertas. 

Mi dia de cumpleaños llegaba a su fin. Lleno de sorpresas bonitas y muchos deseos de felicidad de la gente que me quiere de verdad, fui muy feliz.

Faros asturianos

Faros asturianos

Estos dias que hemos estado en Asturias, alojados en Avilés, nos ha dado tiempo para recorrer parte de la costa de acantilados de vértigo que tienen estas tierras. Subimos hacia el norte, a Luarca con el fin de encontrar una pastelería de cuento perdida entre caseríos que me sugirió mi prima, pero sólo abren los fines de semana, así que me evité degustar el espectáculo de dulces que me prometía y también echar unas cuantas dulces calorías a mi cuerpo. Como quedaba de paso, subimos hacia el faro del cabo Busto que ya lo conocíamos. Hay un paseo muy bonito con varios miradores que rodean los acantilados, donde cortinas de enredaderas floridas caen como cascadas de colores hacia el mar. El paisaje recortado y ondulado es infinito y también puedes ver faenar a algunos barcos de cabotaje. Con intención de ver más faros, nos pusimos en camino hacia el faro de San Agustín, el nuevo, de libro, rayado en horizontal y el viejo con su campana de otros tiempos. Al lado estaba el coqueto parque de Navia con la ermita marinera del Carmen y un memorial que rendía homenaje a los marineros que nunca volvieron a su hogar. En ruta, coincidimos con un restaurante poligonero, el Rio Tinto, donde comimos como si fueramos después a cavar zanjas. El pote asturiano estaba lleno de olorosos embutidos del país, los potentes filetes rusos y el pastel de beicon no nos dejaron sitio para saborear el postre tipico, un arroz con leche que se desbordaba del plato. Después llegamos a Tapia de Casariego y nos encantó. Contemplamos a los surfistas bajo un reloj de sol perfectamente alineado. Seguimos el cuidado sendero hasta llegar a una playita con un monumento al surf. De allí serpenteamos la costa hasta llegar al puerto pasando por una piscina que antes fue una cetárea donde balleneros vascos faenaron con los asturianos. Del puerto pasamos a la isla del faro por un paso con pared protectora de olas, que algo ya nos salpicaron y allí estaba en un alto faro de la isla de Tapia que pudimos fotografiarlo desde el espigón adentrado en el mar protegiendo su pequeño puerto. Luego llegamos a Navia y anduvimos por su playa cerca de los olorosos eucaliptos y también por la pasarela de madera con forma de barco en su espigón. Con pena por haber estado más tiempo en Navia contemplando las olas y su ciudad, nos dirigimos a Luarca pueblo, cuyo casco viejo se extiende a lo largo del pueblo dividido por su ría. Allí vimos la casa donde nació Severo Ochoa y nos paseamos por al gran puerto en forma de bahía lleno de pequeños bares soleados. Cansados de un día tan aprovechado, volvimos a Avilés y cenamos una buena ración de queso de Cabrales que nos supo a Asturias y cuando llegamos al hotel nos tomamos una copita de champán fresquito.

Al dia siguiente, mi cumpleaños, teníamos muchas cosas por ver y hacer.

Doncel de Cantabria

Doncel de Cantabria

En nuestro viaje a Asturias de este año para celebrar mi cumpleaños, disfrutamos del trayecto como es habitual, descubriendo sitios no conocidos y recordando los conocidos. Cruzamos el valle de Losa, bajamos Estacas de Trueba, dejamos de lado Vega de Pas y nos dirigimos a San Vicente de la Barquera para comer algo. Encontramos un sitio muy majo, la Brasa, donde comimos en una terracita del casco viejo y luego nos dimos una vuelta por lo alto de la ciudad entrando a la iglesia de Santa Maria de los Angeles, un templo gótico magnífico, con el suelo original de madera albergando dentro enterramientos, una ventana con asiento a la altura de un primer piso pues albergó en su tiempo una biblioteca, bóvedas de crucería, esbeltas columnas entrelazadas y arcos apuntados. Con el tiempo se llenó de capillas laterales y en una de ellas descansa junto a sus padres en un sepulcro renacentista, esta bella estatua acodada en marmol de Genova, con una expresión serena y ojos entreabiertos leyendo un libro, tan parecida a la estatua del doncel de Sigüenza leyendo tranquilamente recostado, pero en realidad no era otro doncel hijo de hidalgos, sino el inquisidor Corro, noble y religioso, del siglo XVI, humanista, de talante abierto y tolerante, que dejó dispuesto en su testamento la voluntad de edificar un hospital para pobres asi como su enterramiento y el de su familia. Me acuerdo que hicimos una excursión hace mucho tiempo y me veía en aquella época con mi amiga Elo repasando ambas los rasgos tan esbeltos del religioso tallado en mármol con marcado estilo italiano y el perrito a los pies, símbolo de fidelidad. 

Entre lo romántico y lo tecnológico

Entre lo romántico y lo tecnológico

Hemos estado viendo la exposición inmersiva con realidad virtual de la obra de Gustav Klimt, un artista multidisciplinar: pintor, diseñador, decorador... que saliéndose de los límites académicos del momento, encabezó un nuevo movimiento inspirándose en el modernismo del Art Nouveau. En aquel momento sus cuadros destacaron porque eran diferentes, las temáticas rebosaban originalidad, su obra se llenaba de simbolismo y su forma de pintar le dio tal fama que fue de los pocos artistas acomodados de aquella época. Sus pinturas se llenaban de oro, de mosaicos de metal, de recurrencia obsesivamente dulce a la sensualidad. Vivió en Viena en la época de Sissi Emperatriz, en plena plena revolución industrial, cuando los avances tecnológicos mejoraron la vida de las clases burguesas del imperio y la diversidad cultural del imperio austro-húngaro era floreciente apareciendo mecenas de las artes que contrataban la obra de Klimt, decoraban sus edificios con sus pinturas y los llenaban de retratos y obras preciosas. Dentro de la gran producción artística de este famoso pintor, quizás el cuadro más conocido sea el de "El Beso" de Gustav Klimt, el de la foto, que representa a dos amantes posando para la eternidad, entrelazando sus cuerpos rodeados de un romántico fondo místico dorado. En este lienzo se aprecian laminillas de oro y estaño y mide 180x180 centímetros. Este cuadro manifiesta visualmente el espíritu de "fin-de-siècle" porque captura una decadencia transmitida por unas opulentas y sensuales imágenes que reflejan un mundo despreocupado dedicado a gozar de los sentidos. Fue pintado allá por 1908 y se encuentra en la Galerie Belvedere de Viena.  En otras ocasiones, sus femmes fatales destacan una época de su obra donde el uso del oro hace recordar a las pinturas medievales, los manuscritos iluminados y los mosaicos bizantinos. Disfrutamos de esta colorida, romántica y dorada exposición inmersiva acompañados de la música de Wagner dentro la realidad virtual que nos ofrece el siglo XXI y que nos permite transportarnos a los tiempos en los que se desarrolló la genial obra de Klimt.


Nuestras bodas de madera

Nuestras bodas de madera

Asi se llama al quinto aniversario de boda: las bodas de madera. La madera simboliza la solidez y la durabilidad, representando la relación que se fortalece con el tiempo, al igual que un árbol que crece y se arraiga con firmeza. Nosotros lo llevamos tal cual de bien y lo celebramos deseando que sea para siempre. Este aniversario fue especial, como los demás, y no lo olvidaremos porque lo festejamos con una comida coreana y luego subiendo a la famosa torre N de Seúl tan romántica, donde las parejas dejan atado un candado en prueba de un amor perdurable y eterno. Durante hora y media por empinados senderos entre pinos, llegamos a la imponente torre Namsan, que también se la conoce como: la torre de Seúl o la Torre N, donde la letra “n” significa “novedad, Namsan y naturaleza”. Desde allí, con la ciudad de Seúl desplegada por completo a nuestros pies, en una panorámica de 360º, presenciamos una romántica puesta de sol y nos sacaron esta bonita foto en el marco de los enamorados como recuerdo de nuestro quinto aniversario de boda. Esta torre, de 236.7 metros de altura, se llama así porque se encuentra en la cima del monte Namsan, de 243 metros de altura. Antes fue un centro de comunicaciones y ahora se destina al ocio. Desde allí se aprecian los bonitos puentes sobre el rio Han que rodea la ciudad, un rio tan representativo como la misma torre Namsan y que fue usado como ruta comercial hacia China vía el mar Amarillo. También se aprecian los largos 27 puentes que lo cruzan y rodean la ciudad. Esta última tarde del último día que pasamos en este maravilloso país, fue el broche final de nuestro viaje a Korea del Sur.

A diez mil kilómetros de distancia

A diez mil kilómetros de distancia

Este mes de marzo nos traía un viaje de los de fuertes vivencias y aprendizajes: hemos estado nada menos que en la lejana, enigmática y tecnológica Korea del Sur. Las interminables horas de avión, el jet lag de entrada al país y luego de vuelta a casa han sido duros. La comida allí es muy extraña y la comunicación directa con la gente imposible, incluso con el traductor directo de coreano a español. La tarjeta Sim que traíamos de casa no funcionaba, pero pudimos comprar otra en el aeropuerto. La GPS de Google tampoco funcionaba pero pudimos sustituirla por otra aplicación parecida y menos mal porque moverte por allí es muy difícil, hay cuestas y zonas modernas con avenidas que se interrumpen por zonas antiguas de serpenteantes callejuelas. En este pais tan moderno todo se paga con tarjeta. Los letreros están en caracteres koreanos y no te enteras de lo que se anuncia, así que con el traductor en la mano todo el rato. Los madrugones del recorrido, los horarios, convivir con un grupo, tener poco tiempo libre para visitarlo por tu cuenta, ha sido molesto, pero todo lo que hemos vivido estos días será inolvidable. El país nos ha encantado, está en una península con una costa preciosa adornada de islas e islotes; templos entre la nieve y templos colgados de acantilados, Budas en ambientes que invitan a la relajación, mercados de todo tipo de cosas y de tamaño infinitos, carritos limpísimos de comidas callejeras, impecables puestos de pescados y mariscos desconocidos; poblados de tejados de prieta paja atada, teleféricos kilométricos de paisajes cautivadores; museos tradicionales y museos modernos asombrosos; el Memorial de la Guerra te deja sin palabras; hoteles impactantes con su wc motorizado y calentito que echamos en falta ahora; tambiéndo dormimos al estilo tradicional encima de un futón; tumbas en túmulos redondos por ambos lados de la carretera; restaurantes con su infiernillo de brasas con aspiración incluida; chicas guapísimas y gente muy bien vestida; rascacielos de paredes de cristal y pantallas gigantes; sus divertimentos en los locales de fotomatón; coches nuevos de diseños no vistos en nuestro mundo…y más cosas que nos hemos quedado sin poder ver por falta de tiempo. Volveríamos a visitarlo sin dudar, sobre todo para pasar unos días en la capital y seguir asombrándonos con su imparable tecnología conjugada con el respeto a sus tradiciones. Aquello es el futuro. Este país está entre las 10 mejores economías del mundo y sólo tienen un 3% de paro. No nos necesitan, excepto para que compremos sus productos que son de una gran calidad. Por supuesto que me traje un buen lote de sus cremas de belleza, así como un estiloso juego de cuchillos y unas pelotas de ping-pong.

En el recorrido por la geografía de este asombroso país contemplamos: el Palacio de Gyeongbokgung con su cambio de guardia y la gente vestida al estilo tradicional, el Museo Folclórico Nacional, el monte Seorak, donde visitamos el templo de Shinheungsa entre la nieve; los templos marinos de Naksansa colgados de los acantilados; Andong Hahoe Folk Village, uno de los pueblos tradicionales más famosos del país y que es patrimonio de la humanidad, famoso también por sus máscaras Hahoe; visitamos Gyeongju y su templo de Bulguksa, templo principal de la orden Jogye del budismo coreano que alberga varios tesoros nacionales, como las pagodas de piedra Dabotap y Seokgatap. Subimos a la Gruta de Seokguram, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, desde donde pudimos disfrutar de las vistas del Mar de Japón. Construida entre los años 742 y 765, esta antigua ermita alberga algunas de las esculturas budistas más increíbles del mundo. Está metida en una gruta y los japoneses la dañaron cuando se la quisieron llevar, es la Gruta de Seokguram, junto a ella hay un paisaje de montañas; el complejo de tumbas de Daereungwon, donde se encuentra la misteriosa tumba de Cheonmachong, lugar de enterramiento de un rey desconocido y excavado por primera vez en 1973. Puedes entrar dentro y ver un museo con las joyas encontradas y otros útiles y piedras preciosas; el Observatorio astronómico más antiguo de Asia, en forma de torre de estilo jarra redondeada de unos 8 m de alto y abierto, con un cuadrado en el centro para mirar las estrellas; el emblemático puente colgante de Busan, que se extiende a lo largo de 7,4 km y rodea Busan hasta U-dong; visitamos Gamcheon Culture Village, un pueblo costero recuperado y reconstruido en la ladera de una montaña muy bohemio; el mercado de Gukje y al mercado de pescado de Jagalchi; Tongyeong, histórica ciudad portuaria conocida por su importante patrimonio marítimo y subimos en teleférico al monte Mireuksan; Donpirang Mural Village, un pueblito en cuesta, para admirar su arte callejero y sus murales pintados; Yeosu y la bahía de Suncheon con sus humedales; la aldea tradicional de Naganeupseong; Damyang y el frondoso Jardín de Bambú Juknokwon; Jeonju y su exótico alojamiento típico coreano donde dormimos en un futón. En Seúl anduvimos por las calles del distrito de Myeongdong; bajamos hasta el inmenso Memorial de la Guerra y subimos a la torre N. El callejeo urbano de más de 10 km y la ultima botellita de champán nos dejaron muy relajados para afrontar la vuelta a casa de más de 12 horas de avión y 4 horas más a destino. Como todo transcurrió felizmente, volvimos a casa muy contentos recordando lo vivido que será inolvidable.

Celebrando el cumpleaños de Pedro

Celebrando el cumpleaños de Pedro

Aunque le llegó el cambio de año en un hotel de Tordesillas, tras desayunar allí nos pusimos en camino de vuelta parando en Haro, donde fuimos a misa a la Virgen de la Vega y después a celebrarlo por todo lo alto al famoso Terete, aprovechando las jornadas del cordero chamarito. Sobra decir que la comida fue deliciosa, pero no me canso de decir que la compañía fue mucho más. Brindando con un sorbete de champán para que mi amorcito tenga un año fantástico, lleno de salud, prosperidad y cosas bonitas, acabamos nuestro periplo por tierras castellanas y llegamos a casa a tumbarnos en el sofá para descansar de tan satisfactoria comida y seguir celebrando el cumpleaños.

Castillo del olvido

Castillo del olvido

Este castillo mudejar segoviano ya lo vimos en 2022, pero no me acordaba y me sigo sin acordar de aquella visita aunque vea las fotos de aquella vez...qué memoria la mía...quizás fue porque me pasó desapercibido debido a la carga monumental que llevábamos encima esos dias o porque tengo ya una memoria de pez...el caso es que esta vez me ha parecido una maravilla de castillo. Situado en una explanada despejada y vistosa en tierra de pinares, su inmenso foso es lo primero que te asombra y sus rojos muros de ladrillo convertidos en aspilleras, torres y almenas resplandecen al sol. Esta fortaleza del siglo XV, construida por alarifes sevillanos para la familia Fonseca como residencia palaciega, fue escenario de  grandes fiestas a las que asistieron notables personalidades de la época. Tras la restauración se conserva mayormente en su forma original. No han querido poner barandillas ni otros elementos de seguridad que horadaran las paredes o la estructura del edificio para mantenerlo tal como era y así te lo avisan. El paseo interior hasta llegar a la puerta de entrada de reja vertical, está adornado de las defensivas aspilleras de piedra caliza y hay pinturas mudéjares bordeando las paredes exteriores a la altura de las bases de las pequeñas almenas. Entrando al interior, pasas por la capilla que da acceso a la torre del homenaje. Ahí pudimos apreciar obras de gran calidad: una talla románica y otra gótica de la Virgen y unas tablas de la escuela hispano-flamenca, además de un Cristo de influencia bizantina. Subiendo por la empinada escalera de caracol llegamos al primer piso, la sala de armas, estucada y pintada en rojo, negro y azul con motivos geométricos que imitaban los azulejos del palacio exterior. En la clave de la bóveda se representaba el escudo de los Fonseca. Habia armas, barreños y armaduras del siglo XVI y XVII y un cofre con incrustaciones de marfil. En la segunda planta la ventana mudejar del siglo XV dejaba entrar una luz que inundaba la estancia que contenía armaduras y fotografias del castillo de antes de la restauración de los años 50 del siglo pasado, cuando la familia de la Casa de Alba propietaria desde el siglo XVIII, al entroncar en casamiento con los Fonseca, lo cedió a la Administración para que lo restaurara, lo mantuviera y fuera además la sede de la escuela de capataces forestales. Todas las salas tenían chimenea ya que, más que fortaleza, el castillo fue destinado a residencia aristocrática. Aquí padecieron la guerra de los comuneros entre otras, pero lo peor les llegó con la invasión francesa quedando arruinado y abandonado. Además se cuenta que un administrador sin escrúpulos de la casa de Alba, vendió elementos valiosos, asi como casi todas las columnas de mármol del patio de armas. Seguimos subiendo escalones, cruzamos una galería y llegamos al mirador almenado de la torre del homenaje de 25 metros de altura, donde las vistas eran extraordinarias. Luego bajamos a la galeria norte y de allí hacia la torre de Pedro Mata. En su primera sala, redonda con cúpula, conocida como Sala de los Jarros lucían unas originales pinturas mudéjares que representaban jarros, temas florales y arcos de herradura entrelazados. Si te ponías en el centro y hablabas, resonaba el grave eco de tu voz y si hablabas suave a la pared, se te entendía todo lo que decías desde el lado contrario. Muy divertido. Bajando a la siguiente sala, había en el suelo un agujero por donde arrojaba a los presos a la mazmorra que estaba debajo. Ya en el patio de armas, el aspecto medieval del castillo cambiaba porque se había reconstruido el patio porticado con su galería para alojar actualmente la escuela de Capacitación Forestal. Una romántica historia de amor fue protagonizada por el marqués de Cenete, hijo del gran cardenal Mendoza que acabó escaldado por las brasas lanzadas desde las almenas cuando pretendía enamorar a una dama de la familia Fonseca.

Comimos en silencio junto a la ventana en un restaurante que hay justo enfrente del castillo porque cada vez que levantabas la vista resultaba hipnotizante verle enfrente tan bonito, grande y poderoso y eso te hacía pensar y recrearte en la vida de aquella gente tan especial y diferente de nosotros que vivó allí hace menos de 3 siglos.

En una casa del imperio romano

En una casa del imperio romano

En el Museo de las Villas Romanas, en Valladolid, nos encontramos con un conjunto de edificaciones y restos arqueologicos que nos llevaron directamente al siglo IV de nuestra era, donde comprendimos y conocimos un poco más de la vida romana desarrollada como forma de vida rural. Esta inmensa construcción formó parte de la actividad económica agropecuaria del momento y nos asombró porque su tamaño excede de lo que habitualmente hemos visto en otras excavaciones de la época romana, centrada mayormente en ciudades como Pompeya y Efeso. Con el fin de divulgar los restos arqueológicos allí encontrados, se ha construido una zona cubierta con pasarelas por donde vas descubriendo las diferentes estancias que tenía aquella lujosa hacienda de más de cuatro mil metros cuadrados. Se ven con claridad los diferentes espacios que había en la villa, empezando por su entrada, seguida por varios peristilos con jard¡nes, alcobas, zonas para almacenes y dependencias del servicio, los numerosos comedores y salones, algunas de ellos con el suelo tapizado por mosaicos maravillosos con motivos geométricos y florales, otro con una escena del caballo Pegasus, el favorito del dueño; el mosaico de los peces con motivos marinos que cubre al suelo de las amplias e imprescindibles termas en las que destaca su potente sistema de calefacción. La impresión que recibes de aquello es la de haber sido un próspero lugar acomodado y de muy buen gusto.

Al lado hay un completo museo donde se da cuenta de todos los aspectos de la sociedad romana, su economía, adelantos y descubrimientos, su medicina, el ocio, juegos de niños y de mayores, arquitecturas, creencias religiosas incluso recetas de cocina...todo muy ameno. Hay restos de paredes con las pinturas al temple que utilizaban formando sofisticados motivos con variados tonos de color tierra, audiovisuales, maquetas y valiosas piezas originales. Todo ello conforma una auténtica atmósfera romana donde es fácil apreciar el sentimiento y la forma de vivir de los romanos que vivían en el campo en plena naturaleza. 

Después pasamos a visitar la reproducción de una casa señorial del Siglo IV que estaba decorada con todo su esplendor y realismo, tanto que incluso ha servido para rodar series datadas en esta época. La entrada, con despachos en ambos lados, destinada a recibir a los clientes y proveedores, da paso al jardín central o peristilo, donde prescindieron del pozo porque se surtían fácilmente de agua gracias al río que pasaba junto a la finca. Este patio porticado conducía a las habitaciones de los propietarios, las de la dueña, con su vestidor y espejo de bronce a tamaño natural, el comedor con su tricliniums, el semicircular salón para celebraciones, la cocina y sus despensas con las habitaciones para el servicio, las letrinas compartidas y por supuesto, las termas con sus piscinas y mesas para masajes. Las paredes pintadas, las ventanas y techos, los muebles y enseres de la época, daban cuenta del pasado lujoso que vivió esa parte de la sociedad hace casi 1.600 años.

Segun dicen, la hacienda la ocuparon de seguido cuatro generaciones de romanos hispanos y el abandono de la villa probablemente coincidió con el principio de la ocupación visigoda, aunque todavía no se sepa bien por qué un buen día sus moradores hicieron las maletas, empaquetaron todo, hasta los muebles, y se marcharon de allí a no se sabe dónde, comenzando la decadencia y el expolio de esta lujosa villa rural hasta que fue resucitada a finales del siglo XIX cuando los campesinos comenzaron a encontrar numerosos restos, descubriendo sin querer lo que había sido esta gran villa.

Inigualables escultores barrocos

Inigualables escultores barrocos

El primer viernes de mes de febrero estuvimos en la exposición de una escogida muestra de obras de los escultores barrocos Gregorio Fernandez y Martinez Montañés en la catedral de Valladolid. Ambos representaban la imaginería religiosa de su tiempo localizándose a Gregorio en el norte y a Montañés en la escuela andaluza. La visita guiada nos puso al dia de las diferencias y coincidencias de las obras de ambos artistas contemporáneos que transmitían pasión y entrega por los cuatro costados de sus obras. La elegancia y serenidad con la que tratan escenas de la iconografía cristiana sobre la vida de Jesus, María, los discípulos, santos, arcángeles y destacados pasos de Semana Santa ha sido tan importante que ambos genios y maestros se han hecho inigualables a través de los siglos. Ambos han representando el arte de la Contrarreforma reflejado en sus sofisticadas esculturas de madera. También quiero destacar los pequeños niños Jesus, presentados de pie, porque transmiten una ternura muy especial. Aunque para mi, la exposición tuvo un plus especial porque me encontré allí mismo nada menos que al Cristo yacente del Monasterio de las Clarisas de Medina de Pomar, un Cristo al que conozco desde que era una adolescente cuando pasábamos las vacaciones allí y visitaba a menudo el monasterio porque me fascinaba su realismo, al que contribuía que los ojos que te miraban desde cualquier posición, fueran de cristal, los dientes de marfil, las lágrimas y la sangre de resinas, las uñas de asta de toro y las expresiones fascinantes. No te cansas de ver estas esculturas porque siempre encuentras algo nuevo, sobre todo mucha devoción.

Castillo palentino

Castillo palentino

Antes de llegar a Valladolid, hicimos escala en Ampudia para visitar su gótico castillo palentino, una de las fortalezas más bonitas que hemos conocido. Dentro se exhibe una colección de restos arqueológicos, arte y curiosidades muy dispares e interesantes.  Allí tuvo lugar una de las batallas más sangrientas del conflicto de los comuneros castellanos contra Carlos V, perdiendo los primeros siendo confiscado el castillo a su propietario el conde de Ayala. A finales del siglo XVI asumió la propiedad el duque de Lerma, valido de Felipe III, quienes pasaban largas temporadas en la villa, convirtiéndola en uno de los lugares favoritos de la Corte española, hecho que la proporcionó gran progreso y esplendor. En este mismo castillo se firmó el cambio de la titularidad de la capitalidad pasándola de Valladolid a Madrid. Tras los años, la fortaleza entró en un estado de abandono y en 1960 el empresario de las galletas Fontaneda lo adquirió, lo restauró y lo mejoró recuperando el edificio el aspecto medieval que tuvo en sus mejores años, haciendo que volvieran a lucir orgullosas sus almenas, tres de las torres cilíndricas, el foso con el puente levadizo que lleva al portón donde se realza el escudo del duque de Lerma y una potente torre del homenaje. Además se le ocurrió dedicar la zona del patio de armas porticado rematado por unos arcos escarzanos, al museo que hoy podemos visitar y que recoge una variada colección de todo tipo de antigüedades, muy curiosas algunas, que lo hacen entretenido y evocador. La iglesia de Santiago que hay en el exterior, pertenecía al castillo en la época que estaba amurallado.

Comimos muy tranquilos en el altillo del restaurante el Olivo y partimos raudos y veloces para Valladolid porque teniamos visita a la exposición del próximo blog. 

Basilica visigoda

Basilica visigoda

Para celebrar el cumpleaños de Pedro fuimos a Valladolid de nuevo. En el camino nos paramos a visitar la Basilica de San Juan de Baños del año 661, consagrada al Santo por el monarca visigodo Recesvinto en acción de gracias por haberse curado de su mala salud bebiendo las aguas termales que hay junto a la iglesia, hoy llamada fuente de San Juan y también de Recesvinto. Se trata de un templo visigodo con claras influencias germánicas y también de la todavía reciente cultura que quedaba del imperio romano antes de disolverse. Este monarca dejó su huella en varios lugares del templo: llama la atención la corona que preside el original abside central con la orfebrería de esa época; la lápida de consagración situada encima de la nave mayor escrita en torpes letras mayúsculas certifica que Recesvinto fue el donante y la fecha de su construcción; el recuerdo de la huella de su mano que hay junto a la pila bautismal, aunque quizás sea una leyenda; la ornamentación en las celosías de círculos enlazados con flores; la decoración vegetal de las pinturas de frisos geométricos; los arcos de herradura de la nave típicos del canon visigodo; el presbiterio o parte central de la cabecera; el arco de la puerta exterior en forma de herradura sobrepasado en 1/3 (el mozárabe sobrepasa en 2/3 y el califal en 1/2). La espadaña en cambio, es un añadido del S.XIX. Por dentro las columnas son de marmol, aprovechadas de la época romana, y una de ellas conserva un capitel corintio original. El mérito que tiene este templo es el de ser la iglesia visigótica más antigua y original que conocemos en el norte y su estado de conservación es muy interesante pues guarda muchos elementos de su época. Asi como su interior resulta ser muy armonioso, el encuadramiento exterior da gran belleza a esta basílica al encontrarse rodeada por una relajante verde pradera muy apropiada para los encuentros, las bodas y celebraciones.

Paseo sevillano

Paseo sevillano

Al finalizar nuestra estancia en Malaga, nos dirigimos a casa via Sevilla con el fin de sentir unos pocos dias más el calorcito andaluz antes de llegar a nuestro frio invierno.  El caso es que antes de llegar y sin tenerlo programado, nos paramos en el pueblo de Estepa tan famoso por sus mantecados. Nos gustó mucho este lugar de blancas casas asentadas en perpetua cuesta, lleno de fábricas de dulces e iglesias. Visitamos la de San Sebastián, admirando las imagenes de Martinez Montañés, el Gregorio Fernández andaluz, y unas impresionantes pinturas enmarcadas en plena bóveda, en posición horizontal al suelo. Al lado estaba la torre de la Victoria. Muy contentos de llegar a la capital, con ese entusiasmo tremendo que te sube el ánimo porque vayas donde vayas te reciben con los brazos abiertos como si te conocieran de toda la vida, empezamos a disfrutar de esta tierra. Qué gente más amable! Cerca de nuestro hotel, saludamos a Jose, nuestro barman favorito, que siempre nos recibe con una palabra amable, unos desayunos estupendos y unas croquetas de gambas exquisitas. Para cenar nos acercamos donde Pepe el mudo, y allí le vimos tan feliz, ya retirado, con su familia al frente del local, donde te ponen unos platos tan cumplidos que te aconsejan que sólo pidas solo medias raciones. Al dia siguiente fuimos al centro y lo primero que hicimos fue acercamos a la iglesia de San Antonio Abad, para dejar dos floreros con bonitas flores malagueñas en agradecimiento a San Judas Tadeo y Santa Rita de Cascia por los favores concedidos este pasado año, que han sido muy grandes y muy importantes. Después nos paseamos muy a gusto por las calles sevillanas, entramos en la catedral y nos sacamos esta original panorámica con una achatada Giralda, porque no hay otra forma de recoger tan inmenso conjunto de edificaciones. Cruzamos el puente de Triana y llegamos al barrio de los Remedios, que no lo conocíamos, y allí, entre tapas de pringá, bacalao y paella, nos pusieron al día sobre cómo había sido su reciente Cabalgata de Reyes, y nos entraron unas ganas locas de disfrutarla, asi que decidimos que la próxima fiesta de Reyes, si Dios quiere, la pasaremos en Sevilla. Luego por la tarde, paseamos por el barrio de Triana junto al Guadalquivir hasta llegar a la zona moderna para ir a visitar la exposición virtual de Caixaforum. Viva la alegria sevillana!!!!

Descubriendo Malaga

Descubriendo Malaga

Alojados en Benalmádena, aprovechamos la estancia para recorrer esta tierra tan alegre y acogedora. Ya conocemos bastante de sus pueblos y lugares famosos, pero todavia nos quedan muchos sitios por descubrir. Esta vez visitamos de nuevo Antequera que, aunque ya la conociamos del año pasado cuando fuimos a ver su impresionante Torcal, nos quedaba pendiente de ver la zona urbana y sus famosos dólmenes. La ciudad de Antequera nos pareció muy bonita. Comimos la famosa porrra antequerana y me gustó mucho. Su ruta de monumentos e iglesias son dignos de contemplar y volver a visitar con tranquilidad porque, donde invertimos el tiempo, fue en pasear por su paisaje de dólmenes. Acostumbrados a los nuestros, que son pequeñitos y apenas tienen unas piedras verticales y otra horizontal haciendo de techo, nos encontramos con un conjunto arqueológico de dolmenes impresionantemente grandes, igual que catedrales del Neolítico, formados por grandes bloques de piedra donde aparecen cámaras y espacios con cobertura adintelada (Menga y Viera) o una falsa cúpula (El Romeral). Estos monumentos megaliticos, patrimonio de la Unesco, se sitúan entre los más importantes de la Prehistoria europea. Su uso era para fines rituales y funerarios, y los trabajos de ingeniería, arquitectura y construccion utilizados demuestran que allí hubo una sociedad prehistórica altamente organizada. Se encuentran enterrados dentro del paisaje, bajo túmulos de tierra y es curioso que se orientan no al este, sino hacia los dos monumentos naturales cercanos y mágicos como son la Peña de los Enamorados y el impresionante Torcal. En la foto, se ve la orientación del dolmen hacia la Peña de los Enamorados, lugar que recoge una emocionante leyenda de amor: un joven cristiano fue apresado por los moros en la época de la Reconquista. Mientras estuvo cautivo se enamoró de la hija de un rey musulmán y cuando su relación fue descubierta, el padre de la princesa envió a sus hombres para apresar a la pareja que, refugiados en la cima de esta Peña y ya muy desesperados, decidieron lanzarse al vacío, eligiendo la muerte antes que una trágica separación, convirtiéndose la leyenda en un símbolo perdurable del amor eterno.

Otro dia de nuestra estancia en Malaga, fuimos a conocer Estepona desde donde se ve el peñon de Gibraltar y sus playas, su casco antiguo lleno de poesías y su ambiente tranquilo nos gustaron mucho. Allí probamos las gambas al pil-pil, que se llaman así porque salen en cazuela de barro pilpileando en un rico aceite hirviendo. También quiero destacar lo divertido que fue ir a comer al famoso restaurante El Tintero en las playas del Palo de la capital malagueña, donde no hay más que esperar en la mesa y escuchar al personal que va corriendo por los pasillos cantando los platos que lleva en la mano a medida que van saliendo de las brasas. Si te interesa alguna de sus delicias, con levantar la mano es suficiente para que lleguen volando hacia tí para adjudicarte lo pedido. Volveremos.

¡¡¡ Vivan los Reyes Magos malagueños !!!

¡¡¡ Vivan los Reyes Magos malagueños !!!

¿Se puede empezar mejor el año que estando rodeada de los mismísimos Reyes Magos de Oriente? Esta ilusión y este privilegio lo hemos tenido yendo a Málaga a encontrarnos con ellos. Teniamos por cumplir el deseo de ver unas Cabalgatas de verdad, y como sabíamos que las de Malaga eran preciosas, espectaculares, grandiosas, llenas de alegría y emoción, allí fuimos nada más empezar el nuevo año. Presenciamos y participamos en las Cabalgatas de Torremolinos y en la de Málaga capital y quedamos fascinados porque superaron todas nuestras expectativas sintiéndonos inmersos en un ambiente tan mágico y feliz. Además el mismo dia de Reyes, sus Majestades aparecieron en persona mientras estábamos en misa en Benalmádena y como son tan cálidos y acogedores, pudimos hablar con ellos a gusto para pedirles que la salud y la sensación de plenitud de haber disfrutado tanto de su maravillosa fiesta nos acompañe durante todo el año.

Fin de un año muy bueno

Fin de un año muy bueno

Muy bueno-buenísimo, ha sido este año 2024 para mí, porque además de haber gozado de una buena salud, de un marido al que amo, de una casa acogedora, de cierta tranquilidad económica, de aprender y asistir a cursos que me interesan, de pasar buenos ratos con la gente que quieres y de una jubilación que acabo de empezar, he puesto fin a los sufrimientos, situaciones duras y desagradables, asi como gastos considerables que he tenido que afrontar durante estos últimos 13 años por algo que te viene por ley de vida para que te hagas cargo tú de ello sin saber que viene con problemas. El tsunami venía preparándose hasta que por fin llegó y arrasó por varios frentes. Mientras pasaban estos años de angustias, pedía a toda mi Corte Celestial encontrar el camino para liberarme de los continuos quebraderos de cabeza que me daba gestionar tantas dificultades y poder desprenderme dignamente de esas pesadas mochilas para que fueran a parar a las personas adecuadas y así contribuir a la mejora su vida o a disfrutar de ellas, ya que yo ni lo quería ni lo necesitaba.  Este proceso ha sido muy difícil de solucionar y ha estado lleno de obstáculos, pero al final así ha salido adelante, he sido escuchada y las personas que han llegado, han sido las adecuadas para hacerse cargo de aquello. Este año por fin, he podido finalizar la última de mis preocupaciones y me gustaría sacar algo positivo del aprendizaje de las situaciones vividas, como me suele gustar hacer, pero esta vez no he podido porque no he visto nada positivo, quizás con el tiempo lo vea pero no por el momento, aunque estoy segura de que mi fortaleza impedirá que asuma nada de lo traumático vivido. Lo único positivo que sé, es que me he liberado de todo y ahora estoy agradecida, relajada y feliz. La sensación de plenitud es inmensa, a partir de ahora voy a disfrutar de la vida intensamente y no dejaré de dar gracias a Dios y cantar sus alabanzas, llena de gozo por haberme ayudado tanto.

Nochebuena y Santa Maria de Tobera

Nochebuena y Santa Maria de Tobera

Organizada por la asociación con la que visitamos unas cuantas ermitas durante los sábados del mes de septiembre, el dia de Nochebuena fuimos a la celebración de Navidad en la ermita de Santa Maria de Tobera, a media hora de casa. El lugar era peculiar porque estaba enclavado en un alto, rodeado de campos de labranza y muy solitario. Frente a la puerta de entrada de la ermita había un gran fuego, que se colocaba en época medieval con la intención, cuenta la tradición, de espantar al demonio, iluminar el anochecer y también dar un agradable calor porque la tarde estaba fría. Una representación del anuncio del nacimiento de Jesus protagonizada por unos pastores, nos llevó en procesión al interior de la ermita cubierto su suelo de paja e iluminado por las velas y farolillos que todos llevamos. El cura, cobijado bajo una bóveda románica de un azul intenso con su ventanuco de alabastro detrás, ofició una fraternal misa en un altar lleno de velas, flores y el precioso Misterio que se ve en la foto. Rezamos, nos deseamos la paz con ese cariño de encontrarnos unos pocos en un lugar no esperado; besamos con amor al Niño y cantamos villancicos emocionados que nos emocionaron de verdad... y esta emoción quedó bailando en el frio aire de la noche y también en el recuerdo de nuestros corazones. 

Hemos pasado una muy feliz Nochebuena, los dos juntitos muy felices. El dia de Navidad estuvimos celebrandolo en la iglesia de Elorriaga, que aunque te congelas dentro de ella, resulta tan acogedora por su gente. Desde el campanario nos miraban tan tranquilas las maricarmen, que tras bastantes meses de ausencia, por fin han vuelto a su nido.

Monumento al pastor

Monumento al pastor

No lo conocía. Me acuerdo que de jovencita, cuando mi amiga Geli aun vivia en Santurce, me hablaba de que cuando la llevaban en coche a su tierra gaditana, solían parar en el área de descanso donde se encuentra este monumento, junto a la nacional I, para descansar y coger fuerzas para el siguiente tramo de camino, que transcurría como una aventura rodada por aquellas carreteras de doble sentido, repletas de camiones, sin visibilidad, estrechas y llenas de curvas, subiendo y bajando interminables puertos de montaña con sus consiguientes molestias, mareos, vomitonas, calores y agobios, viviendo toda clase de dificultades en unos trayectos que se hacían infinitos hasta llegar al destino. Este lugar se quedó desplazado cuando las autopistas se impusieron a las carreteras nacionales y los restaurantes, paradas y fondas de toda aquella vida anterior al desarrollo viario, perdieron importancia, clientes y supervivencia al resultar incómodo tener que desviarte para llegar a uno de estos antiguos sitios de descanso que hoy, por no encontrarlos a tu paso, cada vez menos gente los conoce. El monumento al pastor es imponente por sus dimensiones, fue inaugurado en el año 1961 por Franco y reunió a las personalidades de la época y también a muchos pastores de toda la geografía nacional que acudieron allí mismo ataviados con sus tradicionales ropajes, muchos de ellos con sus perros y algunas de sus ovejas. Este conjunto monumental, ideado en homenaje a un pastor palentino que fue fulminado por un rayo dejando huerfanas a sus ovejas y a sus perros centinelas, fue nuestro destino del día.Tras sacarnos las fotos con el pastorcillo de 7 metros de alto, el zagal y el perro de parecidas dimensiones, fuimos a comer a uno de esos lugares que sobrevivieron a la alternativa de la autopista y ahora con toda la experiencia de tantos años de rodaje, a todo el que se acerque a ver el monumento, le ofrece un menú tradicional para que no te olvides lo delicioso que sabe un cordero asado castellano sacado de un inmenso horno de leña a la vista del comensal. Nada más sentarte a la mesa en su comedor, se te empieza a hacer la boca agua cuando ves cómo van sacando los asados de un gran horno cálido, acogedor y que calienta la estancia confortablemente. La comida estuvo fabulosa: choricillo cocido, morcilla frita, sopa castellana y luego una generosa paletilla de lechazo, nos dejaron rebosantes de satisfacción. Además, el vino de la casa era de una bodega de Baños de Ebro cercana a nuestra bodega favorita, de la que precisamente ese día veníamos de surtirnos de vino para una buena temporada. El postre de piña fue tan generoso como el resto de la comida. Por supuesto que volveremos más pronto que tarde a sentirnos tan agradablemente repletos de rico lechazo.

Después de comer visitamos Pancorbo, un lugar ancestral situado en un desfiladero,  un estrecho paso entre reinos con sus crespos en lo alto, su iglesia de Santiago y su trazado medieval junto al rio. Cuando pasamos por Pancorbo nos acordamos de ese cuadro del Museo del Romanticismo de Madrid donde se veía a los bandoleros escondidos apostados en esos crespos esperando pasaran las diligencias para quedarse con su botín. 

De castillos, canales y lechazo

De castillos, canales y lechazo

Durante los cuatro dias del puente de la Constitución hemos estado visitando unos sitios muy interesantes en la provincia de Valladolid que teniamos ganas de conocer desde hace tiempo. Comenzamos por el archivo de Simancas fundado por Carlos V donde se conservan, entre otros, los documentos más importantes que acreditaban los derechos de los reyes de Castilla. Se encuentra ubicado en un palacio que construyó en el siglo XV la familia Enriquez, almirantes de Castilla, y posteriormente Felipe II lo amplió convirtiéndolo, en aquella época, en el archivo más grande del mundo con casi 13 km de estanterías. Allí vimos una exposición interesante de planos, libros de cuentas y documentos, tales como el testamento de Isabel la Catolica; unas cartas de Colón dando cuenta de su viaje a las Indias; capitulaciones de bodas, como la de Felipe el Hermoso con Juana, mal llamada La Loca; la aprobación del matrimonio de Enrique VIII con Catalina de Castilla; una carta de un médico destinado a Mexico solicitando se le conservara el mismo el sueldo que ganaba en Castilla...todo cosas curiosas. Al dia siguiente visitamos en Tordesillas el Convento de Santa Clara, enclavado en el anterior palacio mudejar del siglo XIV. Nos impresionó su lujosa decoración de arabescos, la capilla dorada del primitivo palacio, las columnas del patio árabe con sus yeserías y arcos lobulados adornados con atauriques, típica decoración islámica con motivos vegetales; la inmensa dorada cúpula de la iglesia gótica; la capilla Saldaña y los baños árabes apartados del resto de la edificación con vanos en forma de estrella y todos los habitáculos necesarios para disfrutar de un buen baño turco. El convento está situado en un alto frente al Duero y su puente y las vistas son maravillosas. Nada más salir de la visita, en vez de ver la Casa del Tratado, nos dirigimos prestos y veloces a Medina del Campo para visitar el castillo de ladrillo rojo de la Mota, de la época de los Reyes Católicos, destacamento militar de arquitectura defensiva muy sofisticada, con foso, puente levadizo, patio de armas, mazmorras, pasadizos subterráneos y cientos de garitas, troneras, aspilleras y matacanes. Vimos el patio de armas restaurado, donde se fundó la Sección Femenina, y subimos los 38 metros de la torre del homenaje y otros pocos más donde estaba la pequeña torre del Caballero, con sus casi 160 escalones para llegar a lo alto y otros tantos para bajarla. La subida fue muy fatigosa porque los escalones eran irregulares y hacía frio. Para calentarnos comimos sustanciosamente en la plaza mayor de Medina del Campo y luego nos acercamos a Olmedo, donde en el palacio del Caballero, hay un museo interactivo de luces, sonidos, hologramas y colores que homenajean al Siglo de Oro y a la famosa obra de Lope de Vega: «Que de noche lo mataron al caballero, la gala de Medina, la flor de Olmedo. Sombras le avisaron que no saliese y le aconsejaron que no se fuese». Volvimos al hotel ya de noche y al dia siguiente, en un dia fresco pero muy soleado, disfrutamos de un relajante paseo en barca por el canal de Castilla en su primer tramo, desde Medina de Rioseco, y nos pareció de lo más romántico del mundo porque sólo estábamos nosotros dos en la barcaza. Comimos en la plaza del mayor mercado de Castilla y paseamos para ver el amenazante cocodrilo de la calle mayor. Antes habíamos parado en el castillo de Torrelobatón, famoso porque tiene las medidas exactas que debe tener este tipo de edificaciones y por ser el centro interpretativo de los Comuneros. También estuvimos en la amurallada Urueña, villa del libro, aunque no encontramos a quienes regentan la libreria Primera Página, quizás porque no son fechas propicias para el turismo. Nos dio tiempo a ver Wamba, San Cebrian de Mazote y Villalar de los Comuneros con su picota y el paraje donde apresaron a los Capitanes Padilla, Bravo y Maldonado. Al dia siguiente, de camino para casa, visitamos el castillo de Peñafiel, sede del museo provincial del vino, muy completo y bien dotado de caldos. La edificación nos encantó porque es como la de un castillo de manual, reciamente asentado en lo alto de una estratégica colina con su torre del homenaje bien centrada y el alargado perímetro de sus murallas de piedra dorada que se ven desde muy larga distancia. Mandado construir por Sancho García, conde de Castilla en el siglo XI, será con el infante Juan Manuel en el siglo XIV cuando se desarrolle por completo su inmensa estructura y la planta de 210 metros de largo recortada por 28 cubos almenados. Por dentro visitamos la torre del homenaje de los Girón, de 34 metros de altura y 308 escalones, que se sitúa en el medio de la edificación; al lado sur se situa el rectangular patio de armas, y al norte la zona donde se alojaba la plebe, en forma de pico, muy parecida a la proa de un barco. Las vistas son kilométricas, relajantes y evocadoras. Desde allí se ven las diseñosas bodegas de fama internacional de vinos denominación Ribera de Duero. Al salir, el lechazo que nos comimos en un asador justo debajo de la colina viendo el castillo a lo alto, fue un placer para los sentidos, asi como excelente broche de oro de todas las comidas castellanas que disfrutamos estos dias. Desde allí pusimos punto final a un periplo corto pero muy denso de experiencias que tendremos que completar en otro momento.

Al volver paramos en Lerma donde visitamos a las simpáticas monjas dominicas para saludarlas y llevarme su calendario temático para 2025.