Al oeste de Vielha

El segundo dia, tras desayunar en un sitio donde se liaban bastante y la tostada de tomate era un insulto a las tostadas de tomate, fuimos a la oficina de Turismo para informarnos sobre los horarios de la Mina Victoria, pero nos dijeron que sólo la abren en julio y agosto y luego en la temporada de esquí. Aquí las temporadas bajas son diferentes de las nuestras por el tema de la nieve, así que tendremos que programar otro viaje en temporada alta para ir al telesilla, visitar esta mina y alguna central hidroeléctrica. Al salir de la oficina nos pusimos en marcha para ver las iglesias de la zona oeste. Comenzamos por la de Casau, Sant Andreu, con mezcla de estilos, el edificio es románico del siglo XII, la puerta gótica y tiene una torre enorme del siglo XVII. Sus pinturas y ornamentos litúrgicos también te llevan al siglo XVII. Después vimos la iglesia de Gausac: San Martín de Tours, era la iglesia que veíamos iluminada desde el balcón de nuestro hotel. Caras graciosas en las ménsulas y una portada gótica aportalada con bóveda. Tiene un Cristo esculpido en la fachada que antes estuvo en el tímpano de la anterior iglesia románica. A continuación visitamos San Felix de Vilac a 2 km al oeste de Vielha, iglesia románica del S XII y la cabecera de la sacristía es neoclásica. El pie de altar tambien conserva el original románico. La portada tiene cuatro arcos de medio punto en degradación protegidos por un guardapolvo decorado con el típico ajedrezado originario de Aragón y Navarra. El tímpano presenta un curioso trabajo escultórico con la representación de la figura de Cristo, coronado y entronizado rodeado por el Tetramorfo. Otro elemento destacable es la lápida de origen funerario encastada en la parte superior de la portada. Su torre es enorme con ventanas góticas y ménsulas con caras amables. En las paredes hay piedras con restos de dibujos románicos. Está enclavada en un parque con fuente y unas vistas espléndidas y no hay pasos de piedra sino un verde césped muy bien cuidado por donde paseas hasta llegar a la portada. Luego en Montcorbau vimos la iglesia románica de San Esteue donde hubo un ábside románico que se sustituyó por un ábside poligonal de estilo gótico. Durante el período barroco, se incorporaron cinco capillas en los laterales de la nave que han dado lugar al aspecto actual de la iglesia, Tiene pinturas murales del s XVIII con paisajes bíblicos. El pórtico es del s XVIII y se le incorpora un Cippus romano del siglo III en la fachada. Junto a él figura un escudo abacial y el Crismón románico. También el suelo del recinto es todo de hierba pero no estaba tan cuidado como en la de Vilac. Pasamos de largo Betlan donde estaba la iglesia de Sant Peir, porque teníamos muy mal acceso por la carretera de entrada, asi que lo dejamos para otra ocasión. Luego llegamos a Santa Maria de Vilamos a 12 km de Vielha. Estábamos a 1300 m de altura porque subimos por una carretera muy montañosa llena de curvas de herradura, estrecheces y precipicios. La iglesia era románica del s XII, con cabeceras del s XVI y portada neoclásica de principios del siglo XIX, crismón románico y en las paredes exteriores se veían pegadas algunas losas funerarias romanas de los s III y IV. Luego estuvimos en Bossost, a 15 km del hotel. Allí comimos en una terraza junto al rio llena de franceses poniéndose tibios a paella con sangría. La comida estaba muy orientada a sus gustos pues los aliños de la ensalada se afrancesaban por la mostaza. Comimos un rico paté casero con su pan recién tostado, moules y trucha del rio Garona. Los postres caseros eran regionales: la típica crema catalana y un generoso pastel de queso con sus frutos rojos. En Bossots vimos la Iglesia de la Purificación o Mare de Deu dera Purificación, románica, pequeña, con 3 ábsides, gran presbiterio y la imagen de la Virgen con el Niño bendiciendol. Había otra capilla con un Cristo con la Cruz en la izquierda y un arca con los apóstoles en la de la derecha. El coro era de madera. La torre de esta iglesia junto a la de Vilamós, son las 2 únicas torres del valle de Arán puramente románicas. El pueblo tiene 7 ermitas pequeñas y sólo pudimos ver la de San Sebastián al otro lado del rio. Paseando por la orilla del Garona, vimos dos pequeñas centrales hidroeléctricas, una de ellas parecía en desuso y en la otra Pedro se subió para hablar con los operarios de la central. Le dijeron que producían 250 KW. Ya por la tarde llegamos al pueblo de Les y antes de llegar a nuestro objetivo, la ermita de San Blas, nos confundimos y entramos en la iglesia parroquial de San Juan, moderna y con una gran corona visigótica encima del altar. Miramos el mapa y vimos que estaba a las afueras del pueblo con vistas al castillo. La ermita es solo un ábside grande con ventanucos y una bonita reja, como en un principio eran las iglesias románicas. Dentro había una pequeña talla de San Blas muy curiosa, al que pedimos que nos siga protegiendo la garganta. Fuera, en la plaza del redondo y coqueto parque, había un tramo de un pequeño cañón de gran precisión que fue encontrado en el castillo feudal de Les, al que puedes subir desde esta ermita, pero como el camino estaba muy en cuesta y hacía calor, decidimos dejarlo para otra ocasión. Después recorrimos los paseos de Les junto al río y como ya habíamos cumplido los objetivos del día y estábamos cansados, volvimos al hotel a merendar caprichos con champán.
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