Ermitas en septiembre 2025 - 2ª parte

Tras visitar San Miguel de Etxegoien, la Purisima Concepción de Aguíñiga y la Asunción de Respladiza este sábado despejado de septiembre, pusimos rumbo a la ermita de la Virgen de Etxaurren enclavada en el lugar más bonito del valle de Ayala. Frente a la ermita pudimos admirar una panorámica impresionantemente bonita de toda la Sierra Salvada y además, como se ve la sierra desde lo alto del emplazamiento del lugar, las dimensiones cobran una fuerza emocionante. El cielo azul del día tan bueno que nos acompañó, enmarcaba las siluetas del valle con tonalidades de postal. Esta ermita tiene muchos devotos ya que alberga a la patrona de Ayala y uno de los días de fiesta, San Marcos, coincide con mi cumpleaños, asi que cuando llegue ese día ya tengo programado peregrinar hasta la la ermita y luego comer espléndidamente en el restaurante de Quejana, cuyo entorno, iglesia, monasterio y palacio no pudimos ver porque estaban siendo usados ese día para un rodaje. El nombre de "Etxaurren", quiere decir delante de la ermita, aunque el nombre de "Intxaurren"que se traduce como del nogal, podría ser mas acertado, debido a que la Virgen se apareció en un nogal y además la Virgen de aquí siempre ha sido llamada la "Virgen del Nogal". Destaca su amplio pórtico y su portada medieval de arco apuntado. El bonitro retablo churrigueresco alberga a la Virgen que tiene su propio camarín. La Virgen sujeta al Niño y éste hace un curioso gesto alzando los bracitos, quizás como presagio de su crucifixión. A continuación llegamos al sorprendente pueblo de Lujo, hoy despoblado, lleno de lujosas losas en sus casas, sus muretes de separación de fincas y hasta cubriendo el suelo de las eras del pueblo. Lujo era famoso por sus rocas calizas de buena calidad y por sus canteros, y en muchas construcciones de la época se exigía en los contratos que tanto la piedra como los canteros fueran exclusivamente de allí. Tiene también muy buenas vistas a la Sierra Salvada y su pequeña iglesia, del siglo XVIII fue construida sobre el anterior templo. La espadaña es más antigua que la iglesia y el pequeño retablo barroco alberga una pequeña pero valiosa Andra Mari medieval. El coro de madera tiene labradas unas hojas en la balaustrada con antepecho que son de muy buena artesanía. Salimos de Lujo y ya casi eran las 2 de la tarde, pero nos aconsejaron como un buen plan de fin de ruta, que pusiéramos rumbo a Añes, el lugar de donde partían caminos que hacían de paso entre Alava y el Valle de Losa en dirección a Castilla, para ver su iglesia y sobre todo porque nos iban a enseñar después cómo funcionaba un molino reconstruido. Además, merecía mucho la pena porque en la iglesia de San Vicente de Añes quedan restos románicos de los más importantes y antiguos de Alava. Cuando llegamos nos dimos prisa en ver la portada de su pórtico sur, que era la joya de esta visita. Tiene arco de medio punto y tres arquivoltas y es del año 1128. La primera arquivolta está decorada con ángeles de alas abiertas, la segunda y la tercera con flores. El tímpano es la maravilla de la iglesia y todavía recuerdan cómo en 1982 se vio llorar de emoción a nuestra gran historiadora Micaela Portilla cuando con una horquilla del pelo poco a poco fue raspando la capa de yeso y descubrió la composición que albergaba esculpida este tímpano: el árbol de la ciencia del bien y del mal con el fruto prohibido entre sus ramas como figura central. A ambos lados estaba la serpiente ofreciendo el fruto a Eva. Cuando Adán y Eva se dieron cuenta de que habían pecado cubrieron su desnudez con unas hojas y Adán se llevó la mano a la garganta en un gesto muy dramático al ser consciente del problema que habían provocado. Tras admirar esta verdadera belleza de tímpano, vimos por dentro una pequeña iglesia muy sencilla sin nada a destacar, pero su exterior lucía unas cornisas ajedrezadas y canecillos románicos de la misma época que el pórtico. La espadaña era del siglo XVIII. Terminamos nuestra visita a Añes yendo al molino junto al río y viéndole funcionar cuando el agua canalizada rompió contra su rueda, provocando que las piedras se movieran para moler la harina que Ángel, el vecino que lo había restaurado, le iba echando, contándonos al mismo tiempo historias de su infancia alrededor del molino haciendo las delicias de todos los asistentes en un lugar precioso de un día estupendo que nunca olvidaremos.
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