Agosto en espera

Este mes de agosto lo comencé, no con mal pie, sino con un pie malo. Una fascitis plantar declarada la noche del 27 de julio me he tenido parada al ritmo mas bajo de mi vida. Ahora sé lo que son unas muletas, unas plantillas y no poder pisar el suelo debido al desgarrante dolor de un músculo malherido de un pie. No sé cómo me la he generado aunque sospecho que ha sido una mezcla de circunstancias encabezadas por la consigna de que se empieza a envejecer por los pies, noticia poco agradable aunque irremediablemente aceptable. Como a positividad nadie me gana, me lo he tomado como un aviso de la vida advirtiéndome de que debo parar, bajar el ritmo, tomarme las cosas con calma y disfrutar el momento sin tantos planes de futuro. Aun así el mes ha sido muy fructífero y lleno de comiditas y momentos agradables. Celebramos las fiestas de la Virgen Blanca esta vez con una entrañable misa en Elorriaga y comida de fiesta con champán en casa. Por las noches, poco a poco andando, no nos perdimos los fuegos artificiales. También estuvimos celebrando el dia 9 el segundo cumpleaños de Amets en Labraza rodeados de las familias y me trataron con un mimo tan especial, dadas mis circunstancias, que pensé si podría ser adictivo eso de lesionarte para que te contemplen tanto. Poco después preparamos una merendola muy laureada en la terraza, con Doreli y Joxepe, una tarde preciosa que alargamos hasta bien entrada la noche gracias a la temperatura nocturna tan placentera que hacía. Recogimos ciruelas moradas y claudias de los repletos frutales de la huerta de Monika e hicimos las conservas para el invierno. Celebramos mi santo en el luminoso Aldaia aunque salimos comentando que preferimos el txuletón de Angosto. Pasamos un dia divertido con MariCarmen y Antonino en Salinillas de Buradón y otro muy ilustrativo con Arantxa en Otxandio. Hemos visitado la Duna bajo sus románticos plataneros aunque menos de lo que hubiéramos querido porque este año la calidad de sus productos no era lo esperado. Por las mañanas iba muy a menudo a la lejana piscina cubierta de San Andrés, algo que le ha venido muy bien a mi pie y luego tomábamos el aperitivo en el otro lado de la ciudad. Reconozco que todo lo sucedido este mes ha sido muy agradable, pero la verdad es que, lo mejor de todo, de lo que más hemos disfrutado, ha sido de las gozosas cervecitas, comidas y cenas en nuestra terraza gracias al tiempo tan bueno que ha hecho este mes y que nos ha premitido disfrutar del aire libre tantos maravillosos momentos.
La verdad es que ahora me encuentro mucho mejor y casi ando normal....y ya he empezado a hacer planes de nuevo para este próximo otoño, gracias al ánimo que me ha dado la generosa Turkish y sus viajes premio .
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