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Por la geografia albanesa

Por la geografia albanesa

En el circuito por Albania continuamos descubriendo paisajes y ciudades muy interesantes. El primer día nos dirigimos a Ohrid, una preciosa ciudad a orillas del lago del mismo nombre y el mayor centro turístico, cultural y espiritual de Macedonia del Norte. Visitamos su casco antiguo, la puerta de escamas de hierro del siglo X que daba entrada a la ciudad por esa zona, la ortodoxa iglesia de Santa Sofía del siglo X con sus paredes policromadas e interesantes iconos, el antiguo teatro romano, las ruinas de la antigua universidad de San Clemente y paseamos en barco por las aguas cristalinas del lago que se llama Ohrid, como la ciudad. Las casas tenían su primera planta en voladizo y estructuras de madera en las esquinas. Al dia siguiente fuimos al monasterio de San Naum, del siglo X, en territorio macedonio. En la iglesia de este monasterio, pequeña, con altas y estrechas bóvedas y altar ortodoxo, estilo bizantino, está la tumba de San Naum cubierta con un mantel rojo y si pones el oído, oyes el latido de su corazón. Dejamos prendidas unas velitas verdes clavadas en la arena dentro del agua. Luego fuimos a Pogradec, a orillas del lago Ohrid, el lago más profundo de los Balcanes y uno de los más antiguos de nuestro planeta. Comimos en Maliq, un restaurante curioso especializado en pescado situado en una antigua fábrica azucarera. Llegamos a Korca, ya en territorio albanés, el más importante centro cultural del sureste del país con un centro histórico de casas señoriales de principios del siglo XX, la Catedral ortodoxa y el antiguo bazar otomano. Cenamos en  la plaza del casco histórico, en el Shaji e Cerit porque tenían el famoso Lakror. Mientras lo cocinaban nos regalaron el oido con canciones de Julio Iglesias, la habanera de la Paloma, Demis Rousos y música mediterránea de nuestra época, además nos sintonizaron la tve1. Nos sacaron el lakror en una tabla de pan alargada. Son trozos cuadrados de empanada de masa muy fina y crujiente. Lo rellenarono de espinacas y yogur y estaba tan delicioso que nos lo comimos entero. Al dia siguiente, recorriendo carreteras de montaña preciosas donde nos sacaron esta foto, llegamos a Permet, junto al mismo río de aguas verdes y deportes de agua y montaña. Es una ciudad turística famosa también por su licor Raki, de obligada compra, y en la comida nos dieron de postre unos higos bañados en licor. Tras unas horas de carretera de montaña llegamos a la famosa Gjirokaster, ciudad declarada patrimonio mundial de la Unesco que ha conservado de forma admirable su arquitectura. Conocimos el casco antiguo con su imponente fortaleza de origen medieval desde donde se abrían unas espectaculares vistas a la ciudad y montañas de los alrededores. La fortaleza era inmensa, se usó en época medieval y también en la primera y segunda guerra mundial. Allí había una colección de cañones y tanques de ambas guerras, también un avión americano capturado en la época comunista. En esta época la fortaleza se utilizó como cárcel y lugar de torturas cuyos gritos eran oídos por la población. Al dia siguiente llegamos al recinto arqueológico de Butrinto, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y visitamos su antigua ciudad greco-romana habitada hasta finales del Medievo. La fortaleza de Lekursi, construida por el sultán Solimán el Magnifico que domina las vistas sobre la bahía de Saranda y la isla de Corfú.  Continuamos camino a través de la increíblemente bonita riviera albanesa, con imágenes impactantes sobre el mar Mediterráneo, las islas griegas del mar Jónico, la recortada costa albanesa y las cercanas montañas y valles interiores. Llegamos a Vlora, ciudad turística de la costa adriática albanesa con un gran ambiente con su larguísimo y anchisimo paseo marítimo con playa muy animado.  Cenamos en la terraza del Te Lilo un par de raciones de mejillones sabrosisimos, con una salsa fina de tomate, limón y mantequilla. Al dia siguiente llegamos a Apolonia, antigua colonia grecorromana donde se formó el joven emperador romano Octavio Augusto, Una ciudad próspera, dedicada al comercio a la que un terremoto la destruyó e hizo que el mar Adriático se desplazara 12 km, por lo que se quedaron sin actividad portuaria y así empezó su decadencia. Los restos dejan huella de un pasado lujoso, con edificios muy ornamentados debido a que su gente era influyente y muy poderosa económicamente. Después continuamos hasta Berat, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Paseamos por las antiguas callejas del casco antiguo de esta ciudad con más de 2400 años de historia. Visitamos el museo Onufri, con sus iconos del siglo XVI, la ciudadela, aun habitada hoy en día, que alberga en su interior numerosas iglesias cristianas, ortodoxas, mezquitas e incluso una mezquita de la cuarta religión de Albania, la betachí. Las 4 religiones conviven armoniosamente en el país.  Al otro lado del rio estaban los edificios otomanos, los de la gente más poderosa, la que pagaba impuestos, que eran muy parecidos y se caracterizan por tener numerosas ventanas muy alineadas, tanto es así que le llaman la ciudad de las mil ventanas. Comimos dentro del recinto de la fortaleza, en el Kevlar, un menú potente, rico y variado: ensalada, pastel de espinacas en hojaldre, pisto con queso, pimientos asados rellenos de arroz y carne, mousaka, albóndigas y helado cremoso de postre. Luego en el tiempo libre paseamos por una larga avenida peatonal con muchos bares con terrazas grandes llenas de mesas y de gente. Con ganas de gastarnos los últimos leks que nos quedaban nos tomamos la última cerveza en la bonita terraza del Vergnano 1882.

Este viaje a Albania ha sido muy satisfactorio. Nos ha gustado todo: el paisaje interior, las montañas, el mar, la costa, la comida, y sobre todo su amable gente. Estoy segura de que volveremos algun día.

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