Por las Merindades

De Medina de Pomar al Monasterio de Medina de Rioseco hay muy pocos kilómetros. Cuando llegamos y vimos aquella inmensidad de espacio donde una vez hubo un poderoso monasterio de más de 100 monjes, con hospedería, su torre con portazgo al ser un paso de caminos, hospital donde iba a morir la gente que no tenía a nadie y el resto de instalaciones habituales de un monasterio: sala capitular, refectorio, claustros, almacenes, varios pisos en los que ahora hay miradores y resto de instalaciones que ayudaban a la vida del lugar.... realmente nos quedamos impresionados del poderío que desprendía todo ello. La decadencia llegó cuando tras sufrir los desmanes de la guerra napoleónica, vino la desamortización de Mendizábal siendo expulsados los monjes que quedaban. Un vecino compró lo que quedaba adecuándolo para cuadras y aperos de labranza, donando la iglesia al obispado (ahora se utiliza como sala de conciertos), pero lo que más dolor nos produjo fue saber que la expoliación del monasterio había tenido lugar durante los últimos años de este último siglo, llevándose sillares, elementos decorativos de la construcción, las piedras que cubrían el suelo y todo a lo que podían sacar valor. Paseamos tranquilamente por lo que queda de este precioso monasterio enclavado en un paisaje inolvidable. Gracias a la Fundación que constituyeron los vecinos y a su trabajo de voluntariado, la restauración lleva un excelente ritmo y en pocos años será culminada, dejando a buen recaudo unas monumentales edificaciones monásticas enclavadas en uno de los parajes más bonitos que existen junto al río Ebro. Conocimos el monasterio por un programa de la tele donde entre todos los vecinos recuperaron uno de los jardines más bellos del Monasterio con sus fuentes, arbustos, flores y plantas aromáticas, tal como estaba diseñado en la época más próspera y asentada de aquel importante lugar.
La explicación que los voluntarios te dan, hace tomar conciencia de la necesidad de adecuar todos los medios precisos para rescatar del olvido lugares que jamás debieron perderse.
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