El descubrimiento y más sitios de Huelva

En nuestra estancia en Huelva, además de disfrutar de la palya, hicimos muchas excursiones. Estuvimos en el muelle de las Carabelas y anduvimos entre ellas sacándonos fotos dentro y alrededor de la figuración del poblado taíno. El museo explicativo nos resultó muy interesante. Un domingo fuimos al Rocio, que estaba sólo a 16 km del hotel y asistimos a la misa rociera de las 10 de la mañana frente al retablo neobarroco de finales de este siglo pasado, con todo el lujo de soles que lleva la Virgen del S.XIII pegados en su manto. Allí se palpaba mucha devoción por la Virgen. Ese mismo dia visitamos Moguer y la casa natal de Juan Ramón Jiménez, premio Nobel de literatura en 1956 que no fue a recoger por el recién fallecimiento de su mujer Zenobia. El autor de Platero y yo, sin ella quizás no hubiera podido desarrollar su talento como lo hizo para llegar a obtener un Nobel. Otro día nos encaminamos a conocer en el interior una bodega en Bollullos Par del Condado, con un sistema de soleras de 3 alturas y trasiegos desde las barricas de arriba, que la llaman la nieta, hacia el medio, la hija y luego abajo hasta llegar a la "madre", ya directo a embotellar. Era un antiguo convento y en la zona de la antigua iglesia había salas con barricas de roble de un tamaño mayor que el habitual. Luego catamos 2 vinos blancos jovenes muy suaves hechos con uva zalema, un vino dulce mezclado con la uva Pedro Ximénez llamado Rica Hembra, y el vino naranja, dulce, con el aroma de las ralladuras de las naranjas que una empresa se dedica a recolectar de los árboles de los parques. Otra tarde fuimos de excursión a Doñana desde el pueblo del Rocío y ya dentro de este parque natural tiene casi 55.000 hectáreas pudimos ver ciervos, gamos, familias de perdices corriendo en fila muy graciosas. Luego en el centro de interpretación y en su laguna de agua traida de forma artificial, habia flamencos y varios tipos de patos y rapaces volando, también vacas almonteñas acostumbradas a vivir entre las marismas donde hay cultivos de arroz, y no faltaban los caballos salvajes. Otro dia subimos hasta el pueblo de Niebla que es como la Ávila andaluza, con unas murallas de 2 km de perímetro que contienen un enorme castillo y una población dentro. Visitamos el enorme castillo que está bien restaurado y tiene salas con audiovisuales, carteles con información de su historia y exposiciones fotográficas muy interesantes. Disfrutamos paseando por las barbacana exterior e interior del castillo junto a las almenas y subimos a lo alto de la torre del homenaje y luego bajamos a sus serpenteantes mazmorras. Y por supuesto que dedicamos un tiempo a recorrer Huelva capital, el mercado del Carmen, sus calles peatonales... el Ayuntamiento, la casa de Colón, el monumento a Colón en una plaza muy conocida con toda la iluminación navideña por estrenar y un imponente ficus gigante con unas raíces rizadas al aire libre. Nos ha parecido una Huelva capital alegre y moderna y hemos terminado la visita paseando por el famoso muelle inglés de complicada estructura, donde nos sacamos las últimas fotos del puerto de Huelva. De camino al hotel paramos en el Parador de Mazagón a tomar un caro café y observar los acantilados de sus playas.
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