La central del embalse

El camino montañoso hasta la central hidroelectrica de Salime fue precioso porque el buen tiempo nos acompañó en una continua sucesión de valles y puertos de montaña y disfrutamos mucho el paisaje. Paramos en lo alto del puerto de El Palu y de ahí descendimos hasta llegar a la central de Salime. Fuimos a comer al pueblo de Grandas de Salime y en el restaurante A Regeira nos pusieron una deliciosa ensalada con un cachopo enorme que estaba divino, bien regado con vino tinto y unos chupitos de hierbas. Luego fuimos al museo etnografico del pueblo, muy bien diseñado y completo en cuanto a la cantidad de oficios, aparatos del campo, ingenios de molinos, interiores de casas y de tiendas, variadas herramientas que se usaban en la vida de la zona y montones de cosas de coleccionismo de hace muchos años. No esperabamos que nos divirtiera y sorprendiera tanto el poderío de este museo. Dormimos en el hotelito situado justo encima del mismo embalse con unas vistas estupendas de toda la zona. Al dia siguiente tras desayunar, nos dirigimos a la base de la central para visitarla. Bajamos por un túnel largo y angosto hasta llegar a la entrada. Era inquietante saber que detrás de esas potentes paredes de hormigón habia kilometros de pantano y toneladas de agua embalsadas para producir electricidad. Nos dieron una redecilla y un casco y comenzaron explicando las esculturas de encima de la puerta principal, del arquitecto Vaquero padre. Luego fuimos al interior, encima de las turbinas, donde están los murales pintados por Vaquero hijo con 22 años. Son impresionantes. Allí se muestra en imagenes la cronología de la central, desde la idea inicial, los hombres con los planos del proyecto, reunión de banqueros, inicio y desarrollo de las obras….todo muy detallado e historiado con las personas en acción, colores y formas de la época con ese toque nacional sindicalista de los años 50. Se inauguró en 1955 y tardó 5 años en terminarse. Luego fuimos a una zona de museo con fotos de la construcción, maquetas y planos. La central tiene 4 turbinas Francis. Quien lo explicaba añadió que era personal de mantenimiento porque todo lo que hacen actualmente en esa central son labores de mantenimiento y la producción de electricidad es muy pequeña, sólo a demanda y se trabaja de manera automática. Tras señalarnos que tenían programado un simulacro, nos tuvimos que marchar y despedirnos para completar la visita en otra ocasión. Nos hicimos montones de fotos antes de volver al túnel de entrada. De allí puimos rumbo a Ribadeo y para llegar hasta la ria de Vegadeo pasamos por varios puertos cada cual mas bonito: el del Acebo, el del Palo y el de la Garganta, donde un ciclista nos hizo una bonita foto con el mar por fin al fondo de tan emocionantes paisajes.
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