El encanto de Leon

Tras darnos una vuelta por las sedes de las Edades del Hombre de paso por Carrion y Sahagun, de la que hablaré en otro blog cuando terminemos la visita de las 7 capitulos que nos quedan por ver de la exposición Lux en la catedral de Burgos, llegamos a Leon. El dia estaba soleado y disfrutamos paseando por su centro lleno de fieles; por la explanada de los alrededores de su Catedral,la Pulchra Leonina, que se terminó de construir en 1301 y se empezó en 1205, haciendonos unas fotos allí como todo el mundo; por el Barrio Húmedo, la calle Ancha, San Isidoro donde oímos el final de la misa de domingo de 8 de la tarde en un templo rebosante de gente; la casa Botines, uno de los 3 edificios que Gaudi construyó fuera de Cataluña; el Palacio de los Guzmanes; la Plaza Mayor...luego hemos vuelto al Barrio Húmedo con intención de tomarnos unos vinos con tapas de chorizo frito y de morcilla Matachana, de sangre y cebolla que aquí la abren y la pasan por la plancha, es picante, huele mucho a especias como canela y es una delicia. En todo este tiempo, dejamos el coche aparcado junto al hotel y nos movimos con el bus, una maravilla. Al dia siguiente fuimos a ver el antiguo hospital de S.Marcos con su impresionante fachada plateresca de 100 m de lado a lado de su colosal edificación, luego paseamos junto al río por sus relajados paseos y de vuelta al centro no dejábamos de observar una ciudad con mucha vida, donde habia negocio de sobra para que convivieran las tiendas de autor y las franquicias; gente de compras por la calle; los bares y restaurantes a tope, mucha terraza con quemadores para que no pasaras frio, algo que no dejan poner en Vitoria. La ciudad nos pareció acogedora y próspera, apenas se veían bicis, afortunadamente no tiene tranvia y no vimos gente con ese aspecto tan desagradable de la que estamos llenos aqui en Vitoria. Visitamos por dentro su acogedora catedral y nos quedamos fascinados con la preciosidad de sus numerosas y coloridas vidrieras y rosetones que ocupan 1.800 m2, sus capillas, incluso una dedicada a la Virgen Blanca. La altura de las naves, su sublime colorido, el coro y el sorprendente órgano recien estrenado en 2013 con 5 teclados y más de 4.000 tubos, el mejor de Europa y excelente para conciertos, nos encantaron. Como decía la guía, quienes construyeron esta catedral pretendian bajar el cielo a la tierra y casi lo consiguieron. Cómo lo vería la gente de hace 8 siglos este inmenso templo cuando la ciudad sólo tenia 5.000 habitantes. También fuimos a la plaza Mayor, a comer a los Castrillos su cocido maragato. El cocido estaba delicioso y el vino también. Después nos tomamos un café en la plaza enfrente de la casa los Botines donde hay un león que parece que sale de una tapa de alcantarilla. La ciudad es monumental y estamos supercontentos de haber venido a León. Volveremos a visitarla y de paso a completar el viaje por el este de su región.
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