En Teruel con el Torico

Llegamos a Teruel en menos de 4 horas por una carretera nueva con los simbolos mudejares de la estrella colgada de los puentes de la autovia decorados además con las cerámicas de un pasado de artesanos mudéjares en colores verde y blanco- Incluso pudimos apreciar un inmenso monumento de hierro con la forma de un jamón muy sorprendente, no creo que haya muchos asi en el mundo. A la entrada de la capital un aeropuerto sin edificio para los pasajeros ni torre de control nos daba la bienvenida desde lejos con el brillo de sus aviones colocados en formación en medio de una llanada verde y despejada. Llegar al centro de Teruel fué dificultoso al estar situado su centro histórico en un alto que como es peatonal impedia dejar el coche cerca y tuvimos que dejarlo en la estación, al pie de la sorprendente escalinata de los aos 20 del siglo pasado que facilita la comunicación con la parte baja de la ciudad que está a un desnivel considerable. El hotel estaba situado junto a la iglesia de San Pedro y construido sobre la antigua ciudad, sus bajos albergaban una interesante zona arqueológica medieval con un arco apuntado y unos estrechos pasadizos que surgian y se perdian por algun lado todavia no explorado. Enseguida salimos a disfrutar de la ciudad y nos encontramos con la plaza del Torico, un fiero animalito de unos 50 cm de largo situado en lo alto de un pilar, simbolo de la ciudad igual que sus Amantes. La plaza estaba rodeada por edificios modernistas y muy animada de bares y terrazas. El recorrido por sus callejas estrechas enseguida fué explorado y tras admirar las torres, la catedral, y el museo provincial, llegamos justo junto al complejo histórico del mausoleo de los Amantes que no pudimos visitar hasta el dia siguiente y donde, como era ya de noche, entramos en un sitio de lo mas moderno, el Mercao, para comenzar a probar las especialidades turolenses que son de lo mejorcito de la gastronomia de este país.
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