Por fin en la playa de Santiago

Intentamos un dia de junio disfrutar de la playa y bajamos a Zumaia, pero la bruma se instaló encima de nuestras cabezas y con la chaqueta del chandal puesta nos dimos un par de paseos por la orilla, comimos y subimos a casa muertos de frio. La verdad es que no ha hecho muy buen tiempo hasta ahora, quizás algun dia entre semana ha salido bueno, pero la obligación nos tiene atados con una cadena a la pata de la mesa, asi que hemos tenido que esperar a un dia festivo para poder disfrutar de un dia playero y lo hemos hecho realmente con muchas ganas, tantas que acabamos quemados por la espalda y eso que nos echamos toneladas de crema pero el baño marino nos la arrastró y en una de estas el sol y la brisa sin darnos cuenta nos quemó. El agua estaba fria, aunque una vez que te metes te acostumbras, pero con las ganas que teniamos de bañarnos no nos importaba si el agua traia icebergs dentro. Hasta jugamos con el balon que iba de regalo para el sobrino-nieto de Pedro... y esto que digo va en clave de sol. El caso es que nos supo a gloria la coleslow y la parrilladita gallega reciclada regada con unas cuantas cervecitas que tomamos a la sombra de una sombrilla con vocación de durar una temporada y ya lleva nada menos que diez, nuestro décimo verano.
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