Ermitas en septiembre 2025 - 3ª parte

Este segundo sábado que teníamos para terminar de conocer las ermitas pendientes de la ruta propuesta por Ermitaraba, comenzamos el recorrido en la iglesia de San Pedro de Menagarai, un lugar histórico lleno de palacios, donde hasta el siglo XVII se celebraban las Juntas del Concejo bajo el peral de la foto enfrente de la torre. En este pueblo nacieron hijos lustres y personalidades de la política como Eugenio de Llaguno que fue secretario de la Real Academia de la Historia, Ministro y consejero de Carlos III. Esta eminencia consiguió que un pintor ilustre de la Corte, Ginés de Aguirre, pintara un cuadro de gran tamaño y buena calidad como pieza central del retablo de la iglesia de San Pedro, que representa la curación por el Santo a un paralítico. La expresión de ilusión expectante del paralítico se ve muy bien reflejada en su rostro y se nota claramente la sorpresa de la gente que les mira. Este cuadro está lleno de colores, de claroscuros y simbolismos. El retablo está rematado por un frontón triangular con dos angelotes que sobrevuelan la escena y sostienen la tiara con las llaves de San Pedro. La cruz parroquial es rococó de formas onduladas y de los otros retablos rococós que tiene la iglesia, me llamó la atención la suavidad y elegancia de la figura de San Nicolás de Bari. Unos metros más abajo de San Pedro encontramos la Ermita del Cristo del siglo XVIII ubicada junto al camino real cuya entrada principal de medio punto se cerró porque "no se podía celebrar con vientos". En su pequeño retablo se venera un emotivo Cristo crucificado. Salimos de Menagarai camino del Santuario de la Blanca por unas estrechas carreteras entre bosques, eucaliptos, con profundos precipicios y rezando con mucha fe para que no apareciera nadie de frente pues no sé cómo lo hubiéramos solucionado. Llegamos al Santuario de la Blanca donde la festividad que se celebra no es la del 5 de agosto, sino la del día siguiente, de los Santos Justo y Pastor. La talla de la Virgen dentro de su camarín de 8 columnas salomónicas, una pequeña Andra Mari de 53 cm, tiene al Niño sentado en una rodilla y se apoya en la otra haciendo una graciosa curva. Sostiene en su mano el orbe y con la otra bendice. Esta talla medieval, única reliquia superviviente de aquella época, conserva parte del dorado original. El ático va rematado con unas curiosas pirámides invertidas muy típicas del barroco, que dan sensación de inestabilidad al retablo. El Santuario está situado enfrente de la Sierra Salvada y el paisaje es cautivador. Nos hubiéramos quedado todo el dia en sus campas mirando al horizonte en esa mañana soleada. En su momento este Santuario tuvo hospedería y espacio para las cabalgaduras y estaba a cargo de las "sororas" o beatas que lo cuidaban. Continuando la ruta prevista, llegamos a Llanteno, pero aquí no vimos la iglesia, sino las escuelas y el cementerio monumental del arquitecto Saracíbar vinculado a la familia Murga, famosa por su ascenso social y sus terribles desencuentros y peleas. Los Murga eran hidalgos y agricultores y su hijo Mateo, educado en el extranjero, amasó una gran fortuna. Hombre avanzado a su tiempo, amante de la educación y las nuevas tecnologías, estaba muy chapado a la antigua. Dicen que era severo con sus hijos y que trató mal a su mujer Margarita que acabó separándose de él haciendola pasar un calvario. Así se abrió una grieta familiar que acabó reflejada en el cementerio. Su hijo José, muy diferente a su padre, a los 23 años quedó huérfano de padre, madre y hermano mayor, y también único heredero de un gran imperio que supo gestionar provechosamente. Fue senador y ennoblecido por Amadeo de Saboya con el título de Marqués y Vizconde. Recontruyó el inicial panteón para hacerse su propio panteón en estilo neogótico y como le gustaba hacer ostentación de su riqueza trajo mármol de Carrara para los escudos que adornan el frontón y las 4 estatuas de los extremos talladas en Italia. A su vez su tia Catalina construyó otro panteón llamado de la familia Garay con cúpula de escamas de cobre muy al estilo francés, por lo que hay 2 monumentales panteones en este pequeño cementerio. Luego nos enseñaron las escuelas de Llanteno que fueron fundadas en 1897 por la misma familia que construyó el cementerio, la de Catalina Murga y sus hijas, que habían heredado una inmensa fortuna de sus tios solteros. La inspiración de fundar estas escuelas venía de la importancia que el creador del imperio familiar, Mateo, daba a la educación y viendo que muchos hombres y casi todas las mujeres del pueblo eran analfabetos fundaron estas escuelas de modo que Alava se convirtió en la primera provincia del país que consiguió escolarizar a todas sus mujeres. Las escuelas, de muy buena construcción, con techos altos, baños, pozo propio y muy aireadas, conservan sus rampas de acceso, las aulas, mapas antiguos, muebles originales y otros espacios dedicados ahora a talleres y actividades para los vecinos del pueblo. Asi pusimos fin a la primera parte de la excursión y fuimos en busca de un café para reponer fuerzas.
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