Por tierras georgianas
Con mucha curiosidad debida a los prometedores paisajes con el que el bar georgiano cercano a casa adorna su local y las sabrosas comidas y Kachapuris que ofrecen innovando la oferta gastronómica del barrio, pusimos rumbo a Georgia. Como el paquete comprendía también Armenia, el viaje se ponía todavía más interesante. Llegamos a Tbilisi, o Tiflis, capital de Georgia donde se mezcla su recién pasado de arquitectura soviética, con elegantes edificios del siglo XIX, además de una impactante zona moderna junto al río. La ciudad está dividida por el río Kurá o Mtkvari, difícil de pronunciar en georgiano y la verdad es que nos encantó. La Ópera, el Parlamento con la cruz de Nino de racimos de uva, la Avenida Rustaveli, el dorado obelisco de San Jorge, el Ayuntamiento, el barrio de Abanotubani, sus calles típicas llenas de ambiente, como Shardeni o Erekle II y el Palacio Presidencial nos parecieron imponentes, pero también había construcciones recientes y de diseño moderno y atrevido que nos agradaron especialmente como el Puente de la Paz, un monumento al brindis con forma de cuerno al estilo Calatrava; el edificio con forma de hongos, que es el Palacio de Justicia enclavado en el futurista parque Rike, y el Centro de Exposiciones, una construcción con forma de largos tubos de material brillante. Por encima de nuestras cabezas el funicular llevaba a la gente hasta la cima del Monte Mtatsminda donde una mujer de aluminio de veinte metros de altura con el traje nacional de Georgia simboliza el carácter nacional del país porque en su mano izquierda sostiene un recipiente de vino y "saluda" a los que vienen como amigos, y en su mano derecha posee una espada para aquellos que vienen como enemigos. Navegamos por el río en una barcaza animada por un Dj bebiendo Chacha, el vodka georgiano por excelencia. Desde el río veiamos unos acantilados con casas colgantes y nos sorprendimos cuando otro día fuimos a cenar a una de esas casas convertida en restaurante disfrutando de su rica comida con espectáculo de bailes regionales, aprovechando para admirar el paisaje nocturno de la ciudad desde lo alto del río. En iglesias cabe destacar la Basílica Anchiskhati y la Catedral de la Santísima Trinidad comúnmente conocida como Sameba, además de la iglesia medieval de Metekhi junto al rio con su plaza donde la majestuosa estatua del Rey Vakhtang I Gorgasali a caballo impresiona por su poderío. Al dia siguiente nos pusimos en ruta y visitamos en la antigua capital Mishketa el ortodoxo Monasterio Jvari del siglo VI con maravillosas vistas sobre los dos ríos que se juntan en uno sólo junto a la calzada larguísima y rectilínea que se pierde en el horizonte y que fue parte de la ruta de la seda. Allí está la famosa Cruz del siglo IV de Santa Nina, una mujer evangelista que convirtió al rey Mirian III al cristianismo. La cruz fue supuestamente capaz de hacer milagros y atraía a peregrinos del Cáucaso. Bajamos al pueblo y allí vimos la Catedral de Svetitskhoveli, que según la creencia georgiana, allí se guarda la túnica de Cristo. Me gustó el enorme fresco del Pantocrátor que ocupa todo el ábside central de arriba a abajo. También visitamos el pueblo natal de Stalin y el curioso vagón de madera con cortinillas, donde viajaba, se alojaba y se reunía con su equipo de trabajo. Nos impresionó muchísimo la sofisticada ciudad de piedra Uplistsikhe, en un alto, donde estamos en la foto, que procede del primer milenio a.c. pero todavía poco se sabe de ella. Visitamos el Convento de San Nino Bodbe, lugar venerado por los georgianos porque está enterrada la famosa Santa Nino en una capillita que tiene la iglesia. Las vistas al bajo Cáucaso son estupendas y el valle se extiende a lo lejos hasta las faldas de las altas montañas. Fue interesante conocer la medieval villa de Sighnaghi, uno de los núcleos por el que transitaba la Ruta de la Seda. Visitamos su Museo Histórico y Etnográfico con piezas de la Edad del Bronce y la sala con pinturas del pintor de arte naif Niko Pirosmani, fallecido en 1936 sin haber alcanzado la fama que ahora tiene. En resumen es lo que estos dias hemos conocido de Georgia y como nos ha gustado tanto, nos hemos propuesto volver por nuestra cuenta algun año de estos.
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