Puntas de espino

El santuario de Aranzazu, lugar de abundancia de espinos, da nombre a la Virgen aparecida allí en 1468 y que desde el siglo XIX es la patrona de Guipuzkoa. Está junto a Oñati y es un lugar de peregrinación a 750 metros de altura rodeado por un paisaje montañoso espectacular lleno de oquedades, colgado sobre un profundo valle lleno de riscos, simas, barrancos y rios que se pierden muy abajo. El monasterio seminario es franciscano y la basílica es ahora un edificio moderno de los años 50 del siglo pasado construido por los mejores arquitectos, escultores y pintores del momento. La fachada es de Oteiza y llaman la atención sus misteriosos 14 apóstoles. Las puertas principales son de Chillida y otros escultores, vidrieros y pintores de renombre de aquella época remataron esta gran obra, cripta incluida. La fachada está enmarcada por tres torres muy altas, realizadas con grandes piedras talladas en punta de diamante, como se ve en la foto, simbolizando los espinos de la zona que dan nombre a la Virgen. El conjunto está diseñado con el fin de dar al lugar un aire robusto y sobrio, reflejo del carácter de la gente del país vasco, por ello sólo se utilizaron materiales del entorno, madera y hierro forjado. Dentro de su enorme iglesia de una sola nave, proyectada para promover la introspección necesaria para el rezo, me impresionó el ábside, de un diseño muy atrevido que simboliza la naturaleza que le rodea. Mide nada menos que 600 metros cuadrados y es altísimo. Hacia la mitad está situada la Andra Mari Virgen de Aranzazu, gótica, de 36 centímetros de altura que está sentada sobre un tronco de espino blanco y tiene un acceso para que los peregrinos la rindan su homenaje. Me gustaron mucho los colores ocres y azulados del frontal, su forma escultórica y su única iluminación natural situada en un ventanal superior. Este conjunto de arquitectura religiosa, aunque ha recibido numerosos premios internacionales, reconozco que no es de esos que me enamoran a primera vista porque para mí le falta romanticismo y le sobra robusted y austeridad, pero pesó más la interpretación religiosa que aportaron los tan famosos autores a un lugar de peregrinación mariana que sabían era de una gran importancia espiritual a nivel mundial, ya que la devoción a la Virgen de Aranzazu se extiende por muchos países. Los franciscanos mantienen allí un lugar de estudio y encuentro intelectual al mas alto nivel y un actividad literaria y cultural muy importante, guardando una biblioteca muy interesante llena de obras de materia y lengua euskaldun.
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