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Un santuario esperado

Un santuario esperado

Desde que tengo uso de razón he esperado conocer este santuario que dejábamos siempre de lado en la carretera, ya que quedaba a desmano y la entrada se sitúa en curva en cuesta con mucha circulación, donde no hay sitio para pararse y provocar una cola de coches detrás que resultarían poco pacientes. Por fin, gracias a que nos animó el guarda de seguridad del embalse a visitarlo y a que Pedro es muy valiente, subimos por esa carretera circulada por miles de bilbainos en busca del aire castellano y de la entrada al Santuario. Tuvimos la gran suerte de que en ese momento no bajaba ningún coche acelerado y pudimos tomar la desviación al otro lado de la carretera. Nos metimos por un estrecho camino donde no cabían dos coches, menos mal, y llegamos al Santuario de Ntra. Sra. de Cantonad, patrona del Valle de Mena, una de las advocaciones más antiguas de toda la provincia de Burgos. Una puerta peatonal estaba abierta y entramos dentro del recinto donde una construcción levantada en época barroca rodeada por un ambiente lleno de misterio y misticismo nos indicaba junto a la imagen de la Virgen que estábamos en un lugar erigido en su Santuario para su veneración y donde los antiguos pobladores de la zona ya realizaban rituales litúrgicos. La fiesta de la Virgen es el 8 de mayo y la gente acude en procesión desde el valle para honrar a su patrona. Según cuenta la leyenda, Nuestra Señora se apareció a un pastor de 13 años llamado Lázaro en el monte Anzo y le prometió que sería la protectora del valle. Para evitar que la gente del pueblo pensara que el niño había tenido alucinaciones, la Virgen tomó unos hilos de su abrigo y formó una cruz que ató al rosario del pastor. Con esta prueba todos creyeron lo que le había ocurrido. Los devotos de esta Virgen le cantan esta canción: “La Virgen de Cantonad no es comprada ni vendida, y sí bajada del Cielo, y en Vivanco aparecida. El ángel que las bajó,la de Allende y la de aquí,en la piedra las posó y marcado el pie está allí”. El Santuario está situado en un lugar privilegiado. Desde las campas que lo rodean se observan unas espectaculares vistas del paisaje del hermoso valle de Mena, sus pueblos, el embalse de Ordunte y la depresión que baja desde las montañas que lo rodean hasta lo más profundo del valle. Mereció mucho haber hecho esta bonita visita. 

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