Las excéntricas

Por carreteras imposibles, llenas de curvas de puertos de montaña y tras casi dos horas de recorrido desde casa, llegamos a Carranza, por donde alguna vez con mis padres nos aventurábamos en esa zona cercana a Valmaseda, ahora se dice Karrantza y Balmaseda, cuando ibamos camino de Medina. Estas carreteras montañosas siguen igual, no han sido transformadas por la modernidad y circulan peligrosamente por ellas los ciclistas, por lo que tienes que conducir con muchísimo cuidado. Cuando a primeros de agosto visitamos Ramales de la Victoria nos dimos cuenta de que allí cerca estaban la famosa cueva de Covalana, que pertenece a Cantabria y la de Pozalagua, que pertenece a Bizkaia, asi que fui en busca de entradas para visitarlas pero sólo pude reservar en Pozalagua, porque para Covalanas no habia plazas libres hasta bien entrado septiembre. Había mucha gente esperando y también mucho niño con sus padres, aprovechando llenar de actividades las vacaciones de agosto. La cueva, en comparación con las que conocemos, nos pareció pequeña. Tiene una sala grande en el medio, de gran altura, donde suele haber un lago aunque ahora no había nada que reflejar porque no había suficiente agua. Tras recorrer unas pasarelas nos llevaron a la zona donde se encuentra la mayor concentración de estalactitas excéntricas a nivel mundial, la sala Versalles. Estábamos a 13º con el chubasquero subido hasta el cuello, aunque alguien, seguro que valiente bilbaino, hizo la visita en camiseta y pantalón corto durante toda la hora que estuvimos dentro. La guía llevaba un sistema de megafonía muy antiguo, de esos de altavoz colgante por lo que era difícil escucharla en un grupo tan grande y con una acústica reverberante de cueva. Como estábamos al final del grupo, nos dedicamos a observar con detalle todo lo que esta interesante cueva, suavemente iluminada, ofrecía a nuestro alrededor. Junto a las clásicas estalactitas y estalagmitas de todos los tamaños y alturas, algunas unidas ya entre sí, vimos otras que estaban naciendo y que dentro de cientos de miles de años, por no decir millones, serán iguales que las anteriores. Enseguida pudimos apreciar y admirar las joyas de esta cueva: las curiosas estalactitas excéntricas cuya largura y anchura en Pozalagua es superior a la de otras cuevas del mundo. Estas formaciones, desafiando la ley de la gravedad, adoptan formas caprichosas, como si fueran raices, corales, patas de pulpo, enredadas hebras de fregona, desmelanadas melenas rizadas...lo que se te ocurra en cuestión de formas redondeadas, retorcidas y enmarañadas, ya que para eso están quienes interpretan figuras surrealistas en las formaciones rocosas y no hay cueva que se precie sin que tenga algo referente a algun personaje famoso, religioso o de la política. Esto se debe, segun entendimos, a que la roca de dolomita se presta en su composición química y geológica a desarrollar junto con las gotas que se filtran por ella, prolongaciones de estalactita que van en cualquier dirección y que las corrientes de aire y los miles de años terminan por rematar dando lugar a esas admirables formas curvilíneas tan especiales y originales. Muy interesante. Al salir de la cueva tras visitar su centro de interpretación, agradecimos el calor de la montaña, visitamos la antigua cantera de dolomitas y nos asomamos al balcón desde donde se veía todo el verde valle de Karrantza.
0 comentarios