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Noche de San Juan en Santa Barbara

Noche de San Juan en Santa Barbara

Este año pasamos la noche de San Juan entre olas y arena. Pasadas las 11 de la noche salimos del hotel hacia la playa de Santa Barbara para ver quemar la hoguera que habían preparado muy cuidadosamente días atrás, metida en un cubo perfecto y coronada con mucha gracia por un sonriente marinero en su barca y un pulpo que nos guiñaba el ojo. El espectáculo empezaba a las 12 de la noche y como llegamos antes de comenzar a prenderse, nos sentamos en la arena a presenciar admirados la bonita tormenta eléctrica que cubría todo el horizonte con viento, truenos y relámpagos destelleantes y alguna que otra gota de lluvia que apenas llegaba al suelo. El ambiente en la playa era muy festivo y la gente se bañaba valiente y esperanzadora en la oscuridad de la noche cumpliendo con el rito de la renovación tras echar a la hoguera su papelito lleno de deseos. En la hoguera, el remate del gracioso marinero con su barca y un pulpo gigante fue lo primero que se quemó. Nosotros también llevábamos escrito lo que suele quemarse en este fuego: miedos, tristezas y malos recuerdos, y aprovechando que estábamos junto al mar también escribimos los deseos que nos gustaría se hicieran realidad para lanzarlos al agua con la esperanza de que nos los trajera el universo. Como había oleaje me mojé una zapatilla, así que me descalcé, que es lo que tenía que haber hecho desde un principio y me metí al agua que estaba todavía calentita del calor del día. Estuve saltando las olas de la orilla más de nueve veces, que es lo indicado. La gente se bañaba alegremente y eso que no hacía calor, es más, los bonitos relámpagos desembocaron en una lluvia suave y las gotas empezaron a calarnos mientras estábamos sentados en la arena viendo apagarse el fuego. Todos queríamos sacarnos fotos con la hoguera y el calor de las llamas nos quemaba desde lejos. Las llamas no dejaban de desprender mucho calor y tuvimos que alejarnos hasta la orilla. Tras dejar a más de mil kilómetros nuestros deseos y tirar papelitos al fuego, sobre las 00:15 del nuevo día de San Juan, emprendimos el viaje de vuelta. Cuando nos fuimos, la playa seguía abarrotada de gente, con música de discoteca, bailando, bebiendo y algo más... porque en algunos momentos nos llegaban olores de fumatas dulzonas. Durante el camino al hotel fuimos bendecidos por una lluvia densa y constante que afortunadamente y como no hacía frío, nos resultó muy agradable y bien recibida.

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