Nuestras ermitas - parte 2ª

Durante la semana de la segunda salida de visita a iglesias y ermitas alavesas, fuimos a la conferencia sobre la Etimología de los nombres de los lugares que se visitan en esta ruta. Casi todos los pueblos visitados existían porque estaban relacionados en la Reja del cartulario del Monasterio de de San Millan, del siglo XI, que era un registro administrativo elaborado por el prior del Monasterio de San Millan de la Cogolla donde se inscribían los pueblos alaveses que pagaban tributo al Monasterio en forma de ganado o de hierro (de ahí la palabra reja), casi todos los de la Llanada excepto Estavillo, que no pagaba tributos porque era un señorío. También nos enteramos de que, Buradón y Berganzo son denominaciones anteriores a 1025, año del documento de la Reja y los que llevan el prefijo El,La, junto o separado, se sabe que son del periodo medieval. Comentó que se tiende a buscar a los nombres un ficticio origen euskaldún y a fabular en muchas ocasiones, por lo que hay que tener mucho respeto y seriedad a la hora de investigar. La verdad es que poco o nada más nos explicó sobre este tema y salimos un poco decepcionados. Por otra parte esta misma semana hemos empezado un ciclo de conferencias de información sobre los desafíos del futuro. La conferencia de esta semana ha tratado sobre la Inteligencia Artificial en Europa y los retos ante la ética y el derecho. La conferenciante nos ha explicado aspectos novedosos tan interesantes sobre el tema, que haremos un seguimiento de ellos de ahora en adelante. Otro día, los de la Sociedad Astronómica nos hablaron del telescopio espacial James Webb, un aparato que está a millón y medio de kilómetros de nuestro planeta, creado con el fin de investigar el espacio en profundidad, llegar a descubrir lo que pasaba a pocos cientos de millones de años del Big-Ben y descubrir científicamente cómo se formaron las primeras estrellas. Envía unas imagenes de mucha calidad, utiliza tecnología infrarroja y de entrada ya ha descubierto galaxias más antiguas que las que se ya conocían. Se espera mucho de este avance científico cuya vida útil es sólo de 10 años y que podría alargarse otros tantos si no recibe ningún pepinazo de un asteroide o sufre un fallo técnico en su periplo por el espacio.
El sábado hicimos el segundo recorrido del proyecto Ermitaraba por libre, y visitamos con nuestras intelectuales compañeras de viaje: la iglesia de Santa Ana en Tuyo con escenas de la familia de la Virgen, un aguerrido San Miguel y una picota grande en la plaza; la de Santiago en Lasierra con un San Vítores que predicaba con la cabeza en la mano; la de la Asunción en Antezana de la Ribera con sus traspantojos y una magnífica reja renacentista en la capilla de San Andrés, costeada por el fundador de la iglesia, deán de la catedral de Sigüenza; la de Santa Eulalia en Leciñana de la Oca en la que sólo pudimos ver su pórtico de arcos y motivos románicos; la de San Andrés en el palaciego Armiñón, con el conmovedor crucifijo realizado por el mismo escultor que hizo el Cachorro de Triana y unos cuadros espectaculares de la escuela de Murillo. Hemos tenido la suerte de que esta iglesia nos la ha explicado con todo lujo de detalle, uno de los organizadores del proyecto Ermitaraba. Finalmente hemos visitado la sexta iglesia del día, la de San Martín en Estavillo, una auténtica joya, mandada construir por los Velasco, con su portada gótica inmensa que reluce desde lo lejos cuando vas por la autovía, su retablo romanista con potentes esculturas de la vida del santo, una policromía impresionante, un retablo de la Inmaculada sin policromar y unas claves en el techo abovedado muy interesantes. En la foto estamos en la iglesia de Santiago en Lasierra, con su portada unida a la espadaña y un reloj que da la hora dos veces al dia.
Terminamos un poco mareados de tanto leer todos comentarios de la guia de cada una de estas iglesias y levantar la vista a la vez para descubrir cuál era la pieza que nos estaba relatando, pero aunque acabamos agotados de admirar los retablos y fijarnos en todas y cada una de las imágenes, claves, pinturas, adornos, pinturas y demás detalles de los numerosos retablos que hemos observado, estamos satisfechos de saber que nos quedará para siempre el recuerdo de haber tenido el privilegio de poder ver la riqueza revelada en estas obras de arte puestas a nuestra disposición, gracias a la generosa iniciativa de unas gentes que voluntariamente regalan su tiempo libre para dedicarlo a mostrarnos estas iglesias de pueblos poco habitados que habitualmente suelen estar cerradas y atendernos con gran amabilidad. Ojalá no se desanimen y podamos el próximo año que viene seguir disfrutando de nuestro rico patrimonio, todo un regalo para nuestros sentidos.
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