Conociendo a Lander

Hemos tenido la suerte de conocer al pequeño Lander, hijo de mi compañera de trabajo, la que se ha quedado al cargo de mis cosas, a la que deseo le vaya de maravilla en su vida y que su andadura laboral sea muy satisfactoria, porque se lo merece. El bebé, con sus 4 meses parece mayor, es una ricura, achuchable, blandito y macizo a la vez, grande y simpático, buenísimo y lleno de luz. Te da esa sensación de que la vida se abre camino, imparable y que merece la pena vivirla sólo por poder contemplar la sonrisa de un bebé...., es que te lo comerías asi de tiernecito. Pasamos un rato estupendo contándonos ella cosas del nene y sus progresos, dormidito en su cochecito y nosotros la aburrimos con nuestra variada vida de jubiletas, algo que todavía no puede comprender excepto en la parte esa bonita de tener mucho tiempo libre. Pero el tiempo pasa deprisa, su bebé se convertirá en un adulto independiente y ella adquirirá nuestro estado....ojalá nosotros lo veamos.
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