Celebrando con Begoñita

Asi de guapa estaba Begoñita el último lunes de octubre cuando fuimos a celebrar con ella a Islares el final de mis 13 años de continuas preocupaciones con la venta del local. Ella también sabe lo que es eso, porque tuvo uno que le dio un montón de quebraderos de cabeza y ha comprendido de maravilla lo que siento con esta liberación. Hacía mas de un año que no nos veíamos, pero como si hubiera sido ayer. Esto es lo que tienen las amistades verdaderas, las que te quieren de verdad, las de gente tan maja como es ella. Como era lunes, no pudimos escoger mejor sitio donde comer, asi que nos conformamos con un asador que lo mejor que tenía eran las vistas porque enfocaban directamente a los acantilados. La pena fue que a Begotxu no le gustó nada la comida que pidió, ni tampoco el sitio por dentro ya que a ella le tocó de cara al interior del local, muy hippie y lleno de posters de Maradona. A nosotros los asados que nos sacaron no nos parecieron tan mal, quizás porque teníamos el mar rompiente de frente que era todo un espectáculo y eso era lo que nos alimentaba. El caso es que charlando pasamos un rato divertido y prometimos volver a vernos muy pronto para ir a comer al restaurante de Pobeña que nos propuso. Seguro que ese sí que le va a gustar un montón, porque su personal, al que ya conocemos, es de un estilo tan jatorra como es ella.
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