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Por los alrededores de la Ribeira Sacra

Por los alrededores de la Ribeira Sacra

El dia de la ida hacia Orense, nos paramos en Verín para comer y visitar su castro medieval. Subimos hasta el Castillo donde está el Parador, un lugar con vistas infinitas que consta de varias edificaciones: la Torre de don Sancho de 22 metros de altura, cuyos muros tienen 3,5 metros de espesor y las ventanas tienen adosadas a ambos lados unos bancos de toda esa anchura que jamás había visto tan largos. El acceso está situado a la altura del primer piso, para dificultar el asalto en caso de asedio. Al otro lado del jardín estaba el palacio renacentista de los Condes, un pazo con terrazas porticadas de grandes arcos y dentro la torre de las Damas de 18 m de altura. Blasones y escudos de varias familias. La Iglesia de Santa María de Gracia con portada con capiteles románicos por todo su perímetro del S.XIII porque es un templo románico tardío, construido en 1274. El hospital de la Trinidad, para peregrinos con portada románica en piedra donde se ve a Cristo Redentor rodeado de los cuatro evangelistas. Casas de granito rodeaban las zonas fortificadas. En Monforte de Lemos no pudimos visitar el monasterio herreriano al estilo del Escorial que ahora es el colegio de los Escolapios, al ser lunes, pero vimos su famosa escalera decorada por su revés. Luego subimos al conjunto monumental donde está el palacio ducal del que sólo se conserva original su fachada y la torre de 30 m con un trozo de recinto amurallado. El resto del palacio son dependencias del Parador donde estuvimos tomando un café sentados en los elegantes butacones de su claustro, mientras esperábamos a que parase de llover. En Ribadavia, antigua capital del reino de Galicia, paseamos por el barrio judío y alrededores del castillo, entramos en el museo etnografico que recogía la forma de vivir de un dificultoso pasado: "cuando los caminos se cierran, la patata se hiela, el maiz se angosta y al cerdo le entra la peste, la gente pone sus esperanzas en el rio"...; su Plaza Mayor con sus soportales, las iglesias románicas de Santiago y la del otro lado del río Avia. Luego fuimos al balneario de Arnoia a pasear por el paseo fluvial del río del mismo nombre, afluente del Miño. Después llegamos al balneario de Caldas de Partovia de aguas sulfurosas medicinales y comimos en O Carballiño, el lugar donde mejor ponen el pulpo en Galicia y lo comimos en el Fuchela, realmente exquisito, igual que el bacalao a la gallega, de postre, unas cañas de membrillo con queso de Arzua y crema nos dejaron un recuerdo imborrable. Vistamos allí mismo la ecléctica iglesia de la Veracruz, construida en los años 40 del siglo pasado, una mezcla numerosa de estilos muy armoniosamente dispuestos. Luego subimos hasta la romántica Peña dos Enamorados en la zona de paseos del río. En Castro Caldelas recorrimos su castro medieval con su habitual tríada de edificios: iglesia, palacio y castillo. Después nos asomamos a 3 de los numerosos miradoiros que hay en los cañones del Sil. El primero fue el de Penas da Matacás con un mirador ventoso y saliente colgado al vacío. Después de parar a coger castañas de un castaño centenario y grueso dentro de un bosque fascinante fuimos a recorrer las pasarelas del río Mao, subiendo y bajando peldaños pegados a las verticales paredes de roca rodeados de una vegetación de lo más variada, incluso madroños con sus frutos rojos. El río transcurría sinuoso haciendo recovecos muchos metros más abajo y rodeaba peñascos grandes y duros de granito, sin cantos, vestidos de verde musgo. Luego nos asomamos al mirador de los balcones de Madrid, con dos zonas amplias que recogen la vista de los meandros en forma de uve y tuvimos la suerte de contemplar un arco iris colorido y brillante. También nos asomamos al mirador de Cabezoás. Otro día fuimos a Celanova a 24 km al sur de Orense, un lugar con variadas construcciones medievales; una curiosa capilla mozárabe, única en la península; importantes yacimientos arqueológicos, destacados autores nacidos en esta poética tierra y un monasterio espectacular con su iglesia en plena plaza Mayor, el de San Salvador, fundado por San Rosendo en el 936 y abandonado trasn la desamortización. Fue declarado Monumento Nacional en 1931 y hoy alberga los centros educativos de la población junto a otros servicios municipales. Tiene 2 claustros, Uno de ellos es espectacular, con unos ventanales enormes recargados de decoración escultórica, gárgolas majestuosas y apoyos ornamentales en las fachadas. La iglesia con retablo barroco, bóveda grandiosa y linterna, plagadas de esculturas. Seguidamente visitamos Allariz con su preciosa zona de jardines fluviales, molinos y paseos en barco por el rio Arnoia. El casco medieval en cuesta es admirable, el granito lo cubre todo con generosidad. Tiene restos arqueológicos, el monasterio de Sta Clara y la iglesia de San Benito con dos impresionantes cruceros enmarcando la entrada, construidos tras haber protegido a la villa de la peste. Ya en Orense capital, como es villa termal, nos bañamos en las termas de Oucariz a 4 km del centro, situadas junto al rio y muy apreciados desde época romana. Hay termas públicas al aire libre, con una pozas muy bien construidas con piedra ocre del río y otras privadas con más servicios a ofrecer, como duchas, vestuarios, cafetería, termas de diferentes tamaños con aguas a diferentes temperaturas, jacuzzis, chorros, circuitos contra corriente, burbujas...El agua de las termas sale a 60° y te quema, pero también hay otros espacios en los que la temperatura es más apetecible. Las termas resultan relajantes a la fuerza y por ello, muy relajados nos dirigimos a Orense capital a pasearla y tomar algo. La ciudad está dispuesta en pronunciada cuesta hacia el río. Alrededor de la catedral hay una zona de bares muy animada. Su plaza mayor es curiosa de observar porque también está en cuesta abajo por los laterales, allí destaca el imponente Ayuntamiento en granito junto a una gran plaza cuadrada con soportales llenos de bares de picoteo y buen ambiente. Estos dias hemos aprovechado para comer ternera gallega, tan rica y tierna, pulpo y otros apetitosos productos del cerdo. Los vinos de la zona, también nos han gustado mucho.

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