Picaduras malditas

Cada vez que pasábamos por la carretera camino a Logroño, veíamos a lo lejos la torre del pueblo maldito de Ochate del que tanto nos habla el Iker en sus programas, asi que un caluroso jueves de este mes de agosto amenazando tormenta nos pusimos en marcha para conocer el sitio. Dejamos el coche en Aguillo y andando casi 3 km rodeando campos de labranza en forma de herradura, avistamos la impresionante torre. Esta torre es tan vistosa e impactante a la vista porque se alza orgullosa y desafiante en un lugar donde sólo ella queda en pie como testigo de lo que pudo haber sido un pueblo habitable en su momento, ya que el paraje urbano resulta plano debido a que han desaparecido todas las edificaciones de este lugar que desde el siglo XIX no ha sido habitado por nadie. Aunque hay publicaciones que lo desmienten, por lo visto lo consideran un lugar maldito porque dicen las leyendas que hubo 3 epidemias seguidas de cólera, tifus y viruela en sólo 10 años que acabaron con la población. Fueron tantos los muertos que no cabían en el cementerio y tuvieron que ser enterrados en una ladera del pueblo. Algun asesinato cometido por alguien con sus sistema mental deteriorado añadió fuego a su fama de maldito, aunque también hubo una historia que dejando de ser trágica me parece muy graciosa, la del joven cura al que se dió por desaparecido misteriosamente de la noche a la mañana, pero luego se recibió una carta suya en la que declaraba que andaba por Brasil fugado con su sirvienta de la que enamoró locamente estando en el pueblo, algo que se comprende porque en el siglo XIX eso de no cumplir con los votos de castidad era tan inadmisible como para pensar en poner tierra de por medio. A mi me pareció un lugar de paz y tranquilidad, de una soledad preciosa, con unas inmensas vistas de la llanada y los montes que la rodean que abarca ampliamente los 360 grados. Lo maldito para mi fueron las picaduras rabiosas y con ampollas que me traje en los hombros y que unos ávidos tábanos se encargaron de regalarme como recuerdo.
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