Brihuega y sus campos de lavanda

Es impresionante ver en un pueblo tan pequeño cantidad de palacios, iglesias y conventos. Además de puertas monumentales y restos de murallas, Brihuega es uno de los pueblos bonitos de la península. Estaba muy adornado por el festival que habia tenido lugar ese pasado fin de semana. Fachadas, balcones y la calle Mayor lucían flores gigantes, guirnaldas y todo tipo de adornos en color violáceo. Tras pasar la puerta de la Virgen de la Guía encontramos una serie de edificios, uno tras otro y muy emblemáticos: la puerta de la cadena, convento de los Jerónimos, iglesia de S.Miguel, iglesia de S.Felipe con su torre al lado y más abajo: el castillo de la torre Bermeja, del siglo XII; el convento de S.José que alberga el museo de la historia de Brihuega; la iglesia de Sta Maria de La Peña patrona de la villa; incluso un museo de las miniaturas de Max. En un jardincito había una escultura de un toro bravo porque aquí son famosos sus encierros. De repente, allí mismo vivimos una anécdota encantadora que detallo en otro lugar y que fue el encuentro con Rosa Leguineche. Tras este episodio y todavía un poco tocados, volvimos s pasear por el pueblo. Pasando por la engalanada calle Mayor, había un solo puesto de muchos otros vacíos en la calle. En ese momento estaba sólo una chica colocando productos relacionados con la lavanda. Nos acercamos y le preguntamos si llegábamos pronto o demasiado tarde y ella se enrolló explicándonos efusivamente que durante todo el mes de julio están allí mismo ofreciendo sus productos pues hay mucha gente que se acerca a ver los campos de lavanda, igual que nosotros y el dia anterior, domingo, habia sido tremendo de gente pues se celebraba el festival. Al final nos apuntamos a una visita para ver su destilería y fuimos a la de las 8 de la tarde con la intención de ver la puesta del sol en esos campos. Lo primero, nada más bajarnos del coche, fue sentir un olor intenso a la colonia de lavanda de toda la vida. Allí nos pusieron un documental con los pasos de la producción seguido de preguntas. Nos enteramos que el espliego es silvestre, flora en otro momento y la lavanda es otra planta que flora sólo en julio y tiene sus variedades llegando hasta la que llaman súper con grano más grueso y numeroso. Que no necesita abejas para polinizar y tampoco dan miel, aunque la Alcarria es líder en miel, pero de eso se ocupan otros productores. Que la maquinaria, los alambiques, todos los repuestos y demás partes de su producción son franceses, de la Provenza. Qjue no hay más que 1 cosecha al año, en julio. Que no es posible calcular la proporción de lavanda para sacar una medida de aceite pues cada año es diferente la flor. Que sólo se dedican a sacar por destilación en unos contenedores con agua caliente a presión el aceite esencial que luego pasan por unos alambiques y lo venden a los mayoristas. Del resto se ocupan otras empresas. Que una planta de lavanda puede durar 14 años, pero del primer año no se aprovecha la cosecha y es a partir del cuarto cuando su producción es rentable ...tras la visita compramos unas jabonetas, crema del cuerpo y unos jabones en forma de flor para regalar. A todo correr, porque se ponía el sol, llegamos a los verdaderos campos de lavanda. Aquello era una romería de cientos de personas sacándose fotos, pero como hay tantas hectáreas juntas dedicadas al cultivo, todo el mundo cabía, Además casi todos íbamos vestidos de blanco para hacernos esas fotos y la verdad es que han quedado preciosas. Aquello era como transitar por un sueño, las hileras inacabables de lavandas desprendían un penetrante olor hipnótico, los colores eran maravillosos porque se mezclaban con la puesta del sol y sobre todo por el conjunto y la confortable sensación térmica, tan deseada tras un día muy caluroso. Todo aquello resultaba muy romántico. Salimos flotando contentos y con pena de tener que marchar de aquellos mágicos campos de lavanda. Fue una experiencia inolvidable. Qué dia tan mágico pasamos.
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