La mina marítima subterránea

Llegamos a Arnau ayudados por la gps del móvil, porque no es un lugar muy conocido. De donde aparcamos a la entrada de la mina, había un buen tramo del paseo maritimo de una playa que recorrimos a toda velocidad. Sabiamos que era una mina de costa pero no que estuviera justo al borde de esa misma playa. Al llegar nos dirigieron al museo, vimos un documental que nos puso en antecedentes y ya empezamos a asombrarnos con lo que íbamos a conocer, pues el lugar es único e increible. La visita fue de lujo pues teniamos a la guia para nosotros solos. Lo primero que nos explicó fué la función del castillete de madera que hay a la entrada de la mina, que ha sido recuperado y que data del S.XIX y cuya entrada como se ve en la foto, tiene forma de iglesia anglicana. Con un sistema de poleas subian y bajaban a los mineros a las entradas de las galerias de la mina. La entrada a las primeras galerías de la mina era angosta y en los dibujos que nos mostraba la guía, se veía cómo en un principio bajaban los mineros: hombres, mujeres y niños, agarrados de dos en dos a una simple cuerda, con una boina como protección pues no había cascos. Incluso bajaban de esta forma a las mulas agarradas a esas precarias cuerdas. Ayudada de grabados y también de fotos, nos explicó la dimensión de la mina inicial y las posteriores ampliaciones, pues en ligera caida se adentraba cada vez más por bajo de la plataforma del mar, convirtiéndose en la primera mina subterránea del país, en la única mina submarina de Europa y además es la más antigua mina registrada de la península pues empezó a explotarse con permisos oficiales en tiempos de Carlos V, s.XVI. Ahora están en proceso de recuperar los túneles anegados que había bajo el mar y que no pudieron resistir a las filtraciones e inundaciones que se sucedían en los túneles por la acción del mar y por eso la mina cerró en 1915. Nos bajaron en un ascensor paralelo al agujero inicial de las cuerdas unos 20 metros y llegamos a un lugar oscuro y lúgubre lleno de galerias en sentidos radiales que olía un montón a azufre. A la luz de una vela nos terminaron de explicar las formas de extraer el mineral y de trabajar en la mina, resultando ser de lo más penosas. En el exterior se creó un poblado de trabajadores con su economato y una escuela de niños cuya finalidad era prepararles para ser el reeemplazo de sus padres. Recorrimos unas cuantas galerías hasta llegar a la primera salida que se utilizó en su momento inicial y era justo la que está encima de la playa, desde donde cargaban el carbón en barcazas para llevarlas al puerto más cercano y después cargarlo en barcos mercantes para su exportación. Hubo también una línea de ferrocarril y se construyó cerca una metalurgia donde se extraía el zinc ayudado por el carbón de la mina como combustible. Tras sacarnos unas fotos en el cargadero de la playa y volver al museo para terminar de verlo, nos despedimos de aquel lugar junto a la locomotora a vapor Eleonora. Aquí las fotos recogen la entrada a la mina y la salida del mineral a la playa.
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