Celebrando de nuevo

A este año, a Dios y al universo....y sobre todo a los compradores....tengo que agradecerles que me han quitado de mi vida un par de inmensas mochilas con las que ya no podia vivir de disgustos y pena. Una de ellas fué la que se terminó en julio pasado y ya dejé cuenta de ello. Esta otra que nos ha dado pesadillas durante estos ultimos más de 2 años, ha sido el caserío de mi abuela Marcela. Por una cosa o por otra, todos nuestros ancestros no legitimaron la situación de la propiedad de esa finca y nos ha tocado a los 9 primos ponernos a ello con todos los obstaculos y dificultades que presenta demostrar a un notario y luego a un Registrador de la Propiedad que aquello, pasados ya 100 años desde su adquisición, era nuestro. Al final, se demostró y un chico de 37 años lo ha querido para su proyecto de vida y se lo hemos entregado de mil amores. Los 9 primos, algunos aforados cuyos cónyuges tuvieron que prestarles su consentimiento, ya tiene bemoles que tengan que darte permiso para vender una cosa que es solo tuya, fuimos a Balmaseda y pusimos punto final a esta historia el 27 de septiembre. Por supuesto que lo celebramos Pedro y yo, y con qué ganas....la ocasión lo merecía. La protagonista fué esta supermariscada, la más grande que hemos visto en la vida, que fue imposible de terminar y vino de vuelta a casa en 3 tuppers....nos ha sabido a gloria.
0 comentarios