Primera comida al sol

Este año que ya ha empezado duro y difícil, con noticias de esas que vienen tan lejos de tu mano que no puedes hacer nada mas que dejarte fluir rogando poder superarlas y no dejarte mucha pluma por el camino, nos ha dado tregua con el tiempo y es que hemos tenido un mes de febrero muy suave y templado. Tal es asi que a mediados de mes hemos podido comer en la terraza abrigados por un sol de invierno muy agradecido y además, durante la semana hemos podido tumbarnos al sol esperandp que sus rayos nos estimulen la vitamina D que la tenemos muy baja en el cuerpo. Por eso lo dejo aqui reflejado, ya que este hecho extraordinario es para surayarlo en negritas, y lo más pronto que hemos podido comer fuera ha sido en San José. Me temo que se cumplirá el refrán y quizás veamos las nieves por Semana Santa o por mayo. De mientras que nos quiten lo bailao.
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