Cumpleaños y el siglo XIX

Dia 9 de febrero: cumpleaños de Pedro, su ultimo y feliz cumpleaños antes de poner fin a una mas que cumplida vida laboral. Saludó su primer dia con aire risueño e ilusionado, algun regalo andaba por ahí esperando y muchas felicitaciones por llegar. El dia amaneció mas frio de lo que era de esperar. Pusimos rumbo a la Virgen de la Vega en Haro a oir misa en su iglesia que resulta esplendorosa y con un estilo muy de basilica, bien regalada en sus pinturas, triforios, retablo, linterna y organo. Tras ser bendecido por la Virgen par todo el año, anduvimos pateando el pueblo esperando la hora del vermut, muertos del frio por el viento helado que se metia por todos os pliegues del abrigo. Probamos a tomar un café en los Agustinos, pero era incómodo aquello y nos fuimos a la calle de la herradura que siempre hay mucho ambiente en sus bares para hace tiempo. Cuando por fin llegó la ansiada hora de la comida, nos encontramos con un restaurante de lo mas acogedor. Eran las VIII jornadas del cordero chamarito y se celebraban en el incompararble marco del centenario restaurante el Terete en Haro, que no conociamos. Esta raza es autoctona de la Rioja, rustica y adaptada a su medio natural. El corderito se caracteriza por alimentarse de leche materna hasta su sacrificio con no mas de 50 dias de vida y menos de 14 kilos de peso. Sus madres pastan en el campo la flora silvestre llena de tomillos y romeros y su sabor es suave y la textura potenciada por el horno de asar resulta tierna y sabrosa. El menu completo fue el siguiente: esparragos, asadurilla con huevo, cordero chamarito con su ensalada, sorbete de cuajada y un vino reserva de lo mas equilibrado. Volvimos a casa con el cuerpo bien entonado y el frio que pasamos por la mañana se vió endulzado por el recuerdo de tan señalada comida.
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