Viento espumoso

El sábado 23 de noviembre estuvimos en Castro. Mi prima nos invitó por su cumpleaños a comer en su casa, todo una delicia y además, nos reimos un buen rato. Antes de la comida, estuvimos paseando por el paseo marítimo de Castro dando la vuelta a la preciosa bahía que la rodea. Hacia viento y las olas chocaban contra el rompeolas levantándose en cortinas de puntillas espumosas. Qué fuerza tan majestuosa. El sol calentaba el aire y daba gusto mirar de cara a lo lejos sintiendo la brisa del mar. Qué lugar tan bonito es Castro….. me acuerdo cuando mi padre venia de vacaciones de andar por ahí navegando allá por finales de los años 60 y comíamos en el Marinero, a los niños nos ponían unos gallitos fritos curruscantes, qué ricos….ya, algo más mayores y de vez en cuando se iba por la carretera de Saltacaballos a dar una vuelta por el muro y tomar algún aperitivo los domingos en su casco viejo…. Y de adultos, cuando pudimos disponer de coche, también escogíamos este destino para pasar la tarde al lado del mar. Después cuando me vine a vivir al interior, lo perdí de vista durante muchísimos años y ahora que mi prima está viviendo allí de nuevo, estoy segura de que Castro volverá a ser uno de nuestros lugares favoritos a visitar.