Costa de Cantabria

El ultimo fin de semana de septiembre y para celebrar un acontecimiento muy importante que le habia sucedido a Pedro y que le ha supuesto toda una liberación por la que yo también suspiro, nos dirigimos a Cantabria para celebrarlo por todo lo alto. El dia estaba precioso, soleado y sin nubes. Antes de ir a comer, nos dimos unos buenos paseos por la playa de Sarria. El aire estaba fresco pero no pudimos dejar de meter los pies en el agua y a veces teniamos que echar a correr porque estaba subiendo la marea y alguna ola trepaba más de lo esperado con riesgo de mojarnos y en una de éstas vimos flotar toallas de la gente que confiada habia pensado que el mar quedaba muy lejos y el agua se las habia llevado playa arriba. Los surfistas amenizaban el paseo. Nos dio pena marchar pero nos esperaba una comida opípara en Argoños, regada con un Barbadillo fresquito y como era todo tan abundante, al final terminamos trayendo un tapper a casa que lo terminamos en la terraza al sol como aperitivo del domingo. A este sitio muy de vez en cuando vamos a darnos un homenaje y siempre salimos de lo mas satisfechos. Ésta celebración fue muy merecida para Pedro y espero llegue pronto el dia en el que sea para mi por el mismo motivo. Despues de comer, como nos daba pena volver a casa por el tiempo tan estupendo que hacia, nos dirigimos a Noja, que no la conociamos, y sin saberlo comenzamos a caminar de la playa de Trengandin a la de Ris por un paisaje costero maravilloso entre pinos y al borde del mar. La marea estaba muy brava y las olas rompian con fuerza contra los acantilados disfrutando todo el rato del impactable espectáculo, irrepetible y variado pues ninguna ola rompia igual. Deseo volver pronto a regalar mis sentidos con ese paseo tan fascinante.