San Bitor

Como estamos teniendo un templado mes de noviembre con muchos dias de sol, nos animamos a pasearnos hasta San Bitor llegando por el puerto de Azaceta. El camino estaba alfombrado por las hojas del otoño y el espectaculo era mágico porque las hojas iban cayendo cruzándose con los rayos de sol que se filtraban entre la arbolada forma de flecha. LLegamos a la ermita y disfrutamos de las impresionantes vistas de la Llanada que se ven fácilmente desde allí y nos animamos a bajar con mucho cuidado hasta una de las dos fuentes, la de Mandio, ya que intentamos llegar a la de la Herradura que es la que manó cuando el caballo de San Bitor golpeó la piedra con su pezuña, pero no llevábamos las botas de monte ni los bastones y el camino estaba muy empinado y resbaldizo, por lo que decidimos dejarlo para otro momento y disfrutar del paisaje mientras volviamos al coche no sin antes observar la pista por la que nos tiramos con el trineo cuando está cubierta de nieve planificando el próximo recorrido porque esperamos que pronto se cubra de nieve y podamos volver a resbalarnos por ella a toda velocidad.
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