El mar de otoño

Para despejarnos de unas sensaciones poco agradables originadas por determinadas personas del trabajo de las que cada dia que pasa tenemos mas ganas de liberarnos esperando las abduzcan pronto los extraterrestres y se las lleven a sus galeras, nos cogimos el dia libre y bajamos a la costa de Cantabria para pasar el dia visitando una Santoña mañanera repleta de viento y sol respirando el siempre relajante aire de olor a algas marinas. Tras un delicioso paseo con sabor a salitre, comimos esos frutos de mar tan ricos en Argoños regados por un fresquito Barbadillo y después pasamos una romántica tarde paseando por la playa de Berria llena de surfistas escapando de las olas que borraban nuestras huellas. LLegamos a casa renovados y cargados de energía y todavia nos dió tiempo a dar una vueltita a tomar un pincho de tortilla y leernos las noticias del dia anterior.
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