El Florian y el Giubbe Rosse

No queria dejar pasar el episodio de nuestra visita a Italia sin dedicar un apartado homenaje a estos dos cafés italianos que nos proporcionaron un buen rato de relajo y sosiego en medio del trote del dia porque nos sorprendieron agradablemente, no nos parecieron tan caros como nos dijeron pues la calidad de sus productos era exquisita y además su personal nos hizo encontramos muy a gusto, con esa sensación de estar en un lugar cálido y acogedor que merece mucho la pena visitar. Son unos lugares que tienen una gran historia y glamour, diferentes, emblemáticos, curiosos y atractivos donde todo el mundo se para a mirarlos y sacarse la foto porque forman parte de esa otra gran cultura del ocio relajado y elegante que hay por el mundo y también porque gozan de una merecida fama mundial. El café Florian está en Venecia, en su impresionante plaza de San Marcos, data de los años 20 del siglo XVIII, por él han pasado numerosas personalidades como Casanova o Lord Byron. Tiene unos pequeños saloncitos con bancos corridos de terciopelo, vetustos muebles y una madera de paso crujiente con historiadas escayolas y paredes plagadas de retratos ovalados de marcos dorados. Sus camareros impecablemente peinados y vestidos de smoking blanco llevan las bandejas con habilidad, levantadas y sujetas con las yemas de los dedos de la mano. Musica relajante y coquetos escaparates muestran productos de su marca, chocolates, té, café, bisuteria...y nos supo a gloria el spritz con Aperol que nos tomamos servido por un camarero amabilisimo que estaba pendiente de nosotros para que no nos faltaran las pizzetas y patatas fritas. El otro café, el Giubbe Rosse en Florencia tenia un estilo diferente, no tan chic como el Florian, sino mas bohemio, reposo de intelectuales y pensadores, cuna del futurismo italiano y de escritores con premio Nobel, estaba situado en un lugar inmejorable, la plaza de la Republica, con una terraza cubierta ahora en invierno que descubierta en el verano será un lugar ideal. Sus paredes las ocupaban numerosas marcos con fotos, frases, poesia, libros, cuadros y dibujos vanguardistas de principios del siglo XX, el local era espacioso y estuvimos un buen rto recorriendolo muy entretenidos mirando y leyendo los articulos de periodico donde aparecian retratados aquellos ilustres personajes que muchos dias de su vida allí tomaron como nosotros un vino tinto de la toscana acompañado de todos los apetitosos canapés que te ofrecian y quisieras probar.
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