Frias fiestas

El verano que estamos pasando este año está resultando fresco y desapacible. Aqui no ha llegado el calor que está haciendo en el resto de la península y todavía no hemos ido a la piscina al aire libre ni tampoco hemos puesto en marcha el ventilador. Aun así no me importa porque a mi no me gusta ponerme al sol ni sofocarme, por eso estoy disfrutando de este verano un tanto sombrío y muy beneficioso para poder dormir a gusto. El txupinazo del inicio de fiestas lo vimos por la tele y no salimos de casa por el fresco. Al dia siguiente, cuando fuimos a la celebración de la misa en honor a la Virgen Blanca, salimos de casa poco antes de las 8 de la mañana con un limpio cielo azul pero con 9 grados en la calle y vestidos de invierno, La verdad es que pasamos frio en la plaza porque el tibio sol a esa hora sólo alumbraba los altos de la plaza y no llegó a posarse sobre nosotros, pero el calor humano de quienes estábamos congregados junto a la Virgen, nos compensó calentando nuestros corazones. El chocolate con churros que tomamos después de la misa, bastante regular por cierto, nos dio tan poco calor que tuvieron que llegar las copas de champán del mediodia para recuperarnos. Lo mismo ha pasado con los fuegos, a los que hemos ido a verlos con ropa de invierno, pero bueno, hemos disfrutado de las fiestas a nuestro estilo, tranquilos, yendo un dia a los bailables del parque de la Florida y otro a las vaquillas, que no está nada mal. El último dia de fiestas, en cambio, hizo mucho calor y tampoco salimos de casa, pero esta vez para no asfixiarnos a casi 40 grados a las 7 de la tarde y hasta suspendieron el paseillo de los blusas a los toros. Esa noche cerramos el capítulo de fiestas cenando en la terraza norte, por fin, una cena romántica de verano.
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