El mirador del monte

Esta última semana de marzo, como ya tenemos vacaciones de nuestras clases habituales y ha hecho muy buen tiempo, hemos aprovechado para hacer excursiones. El martes dia 28 bordeamos la orilla del pantano de Sobrón hasta la zona del rio Nela en Medina de Pomar. Hacía mas de 30 años que no la visitaba y me dio mucha pena ver cómo las sucesivas crecidas habían comido las orillas del río donde nos solíamos bañar y la campa de la presa donde tantas veces íbamos la cuadrilla a pasar la tarde ya no existe porque está horadada e inundada por el agua que ha borrado unos contornos que ahora están cubiertos por restos amontonados de ramas y troncos viejos caidos y sin retirar desde hace muchos años. Aquello me dio mucha pena porque se ha convertido en un lugar inhóspito que prefieres olvidar para quedarte con el recuerdo de tiempos pasados. Después intentamos comer en Medina pero no había sitio en el restaurante que pensábamos comer, y nos recorrimos toda la ciudad en busca de alguno de los múltiples sitios que suele haber en verano... pero estaban absolutamente todos cerrados, un horror, así que a Pedro se le ocurrió probar en el Ribero, a 11 km de Medina y hubo suerte. Allí nos atendieron de maravilla, el menú era variado, las raciones potentes y ricas y estuvimos muy a gusto. Luego cruzamos el valle de Losa para llegar hasta el parque natural del Monte Santiago donde esperábamos ver desde el mirador el arco iris que forma la cascada cuando incide sobre ella el sol, típico de estas fechas de principios de la primavera, pero casualidad que no llevaba agua el cauce, asi que nos conformamos con asomarnos y sentir el viento desde su mirador de 222 m de altura, bordear los precipicios cone vistas inmejorables y disfrutar del bosque de hayas, las loberas nueva y vieja, y el nacimiento de aguas cristalinas de la fuente de la casa del parque donde antes estuvo el monasterio de Santiago de Langreriz.
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