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En la Granja y Riofrio

En la Granja y Riofrio

Riofrío es muy interesante, un lugar bastante perdido donde esconderse para vivir en paz, como lo hizo el marido de la Isabel II, el Francisco de Asis, y el rey Alfonso XII para pasar el luto de su primera mujer, su prima María de las Mercedes. Las estancias privadas están muy bien restauradas y hay de todo: comedor con la vajilla de Isabel II, montacargas para los platos, dormitorios decoradísimos, salas y salitas para todo, oratorio, papel pintado en las paredes, cortinones, alzapaños muy estilosos de porcelana, llamadores de timbres…. en fin....un poco mas adelante, con el fin de rellenar salas del palacio está el museo de caza con sus dioramas, didácticos y completos. Ya no te dejan pasearte por los caminos de su bosque para que no se te acerquen los gamos con cuernos de palma.

Luego, al llegar a la cercana Granja de San Ildefonso nos hemos paseado por el pueblo y es un sitio muy francés, sus casas de tejados de pizarra lo recuerdan. La comida en el Reina XIV, un sitio pequeño y elegante, ha sido buenisima: de judiones, sopa castellana, cochinillo asado y postre de hojaldre con crema y helado de mora. Muy amablemente nos han explicado que los judiones de este sitio salen con piel tan fina por la altura y el clima, que solo hay 1 cosecha y muchas imitaciones, como los de Sudáfrica. Después de comer, tranquilametne haciendo tiempo fuimos a ver el palacio de la Granja con salas de tapices y la planta baja llena de salas comunicadas de estatuas clásicas, espejos, lámparas de cristal y frescos en el techo. Muy francés y muy lujoso. Hemos visto dentro la pequeña capilla con el panteón de Felipe V y la Farnesio y nos hemos dirigido a los jardines porque a las 17:30 funcionaban las fuentes de la Ruta 1: Canastillo, las Ranas, Baños de Diana y la Fama. Ha sido un espectáculo maravilloso, el agua por medio de sofisticados mecasnismos, salía a gran presión y con mucha altura por esas fuentes monumentales y bellísimas que al final terminaban mojándote, pero se agradecía por el calor. Hemos salido pensando qué bien se lo pasaba esta privilegiada gente en un lugar tan ajardinado y precioso y en aquella esplendorosa época suya donde se sucedían las fiestas y el descanso al aire libre.

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