Verano del guindo

La huerta de Monika tiene un montón de guindos y como están en los bordes de la finca, sus frutos se asoman al camino. Fuimos a visitarla pero como no estaba y no nos íbamos a marchar de allí sin llevarnos nuestro regalo, dimos la vuelta a la cerca y allí estaban las guindas esperándonos y encima pidiéndonos que las comiéramos. Nos pusimos las botas...qué ricas y dulces estaban, como siempre.
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