Comida familiar veraniega

Un año mas para Doreli celebrando con nosotros un cumpleaños puntero, de esos en los que nadie duda que tienes que estar disfrutando a tope del maravilloso tiempo libre de tu jubilacion. La finca estaba preciosa, mejor adornada que nunca y con todo lo que ha llovido, también mas verde que nunca. Allí los 8 presentes, nos contamos nuestras cosas y compartimos valiosas informaciones al abrigo de la cabaña del jardín, ya que no pudimos comer al aire libre porque el cielo estaba dando aviso de lo que se proponia hacer y la perrita de Rosita nos anunciaba la tormenta con sus temblequeos. Aun asi, los verdejos al sol del mediodia mientras ibamos sumandonos los invitados, junto a las exquisitas gildas que sabe preparar tan bien nuestro cuñaaaoooo, dieron la entrada triunfal a una comida preparada con un toque jubileta muy de agradecer: poca sal, poco aceite y todo muyyyyyy suave. Un melón con jamón al que no hacia aprecio en tiempos de mi madre a la que tanto le gustaba, de repente empezó a entusiasmarme. Una cremita de calabaza y mas cosas de la huerta y unos chipirones de Ondarru, dieron paso al helado cremoso de Plaza y lo escribo para que no se me olvide pues es un buen competidor de nuestros clásicos suministradores de helados vitorianos. Como parecia que la tormenta no habia explotado encima de nuestras cabezas, salimos al jardin a tomar café y champán y sacarnos la foto de tan señalado evento y aqui estamos, contentisimos, riendonos un montón, sabiendo que estos momentos los recordaremos siempre y que ojalá se repitan muchas veces mas.
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