Cosas del jazz y la edad

Cuando supimos que venian a la edicion anual del jazz los Earth, Wine & Fire, nuestros idolos ochenteros no nos lo pensamos 2 veces para ir a todo correr a por las entradas. Llegamos con bastante tiempo de antelación pues se montan colas de gente que serpentean el edificio aunque esta vez habian abierto con tiempo las puertas, quizás con la buena idea comercial de que se te antojara algo de sus improvisados puestitos de discos o consumieras comida y bebida antes del inicio de las actuaciones. Tras una primera actuación de un grupo muy purista del jazz, los Hudson, que no nos enteramos de nada pues lo que tocaban era de tan elevado conocimiento musical que no llegaba a impresionarnos, salieron nuestros idolos. Cuando les vimos aparecer por el escenario, todo el mundo en pie empezamos a aplaudir a rabiar, porque era a quienes estábamos esperando y deseando ver esa noche. Los fans mas fans de Vitoria locos perdidos chillando su nombre...., y respondieron a nuestras expectativas porque sin duda alguna, cantaron, bailaron y transmitieron a su público una profesionalidad, una maestria de arte impecable, todo ello unido a que les vimos las ganas tremendas de agradarnos y a su potencia y energia en su voz y sus todavia ágiles cuerpos, nos hicieron levitar inundandonos de una alegria y satisfacción infinitos. Al final cantaron la esperada "September" y las gradas saltaron y explotaron con la gente en pie y con tantos brazos y piernas en movimiento ni se veia el escenario. Nosotros, el público, estábamos entraditos en edad, y los recuerdos tan buenos de aquella época que se reavivaron nos estremecian de jubilo por dentro liberando unas ganas de vivir inmensas. Toda la gente, desinhibida por la magia del ambiente, la belleza de la música y sus magnificos intérpretes cuyas voces han mejorado con el tiempo, vivimos unos momentos punteros, de esos que no olvidaremos nunca.
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