Entre fronteras

Igual que el año pasado, fuimos a Donosti con la intención de pasar a Francia, lloviendo por cierto durante el camino, cómo no...que vaya julio tan malo que hemos tenido. Al llegar recogimos a Lourdes, Patricia y Eva y pusimos rumbo al pais vecino que solo está a 20 minutos con la intención de hacer unas compritas variadas, a destacar: francesa lenceria, una mandolina pour decouper y unos caprichitos gourmets. Para comer, como en ese pais son tan suyos y comen tan pronto, preferimos pasar a nuestro lado que se disfruta mas y los franceses lo saben pues aqui estaban comiendo. Fuimos a la preciosa Hondarribi a comer, darnos una vuelta y disfrutar de este pueblo tan pintoresco con sus balconadas de colores. Comimos en un restaurante cuya cocina era muy sabrosa pero que no estaban en su mejor momento de profesionalidad y sacaron de quicio a Lourdes por su lentitud y torpeza. Tras la comida paseamos hasta el mar donde un montón de bañistas esperaba con su gorrito, gafas y numero tatuado en el brazo para nadar en una carrera solidaria organizada, y allí, mientras tomábamos unos copazos de infusiones digestivas, estuvimos observando el jaleo en el agua y lo divertido que puede ser ver la gente que pasea en un paseo maritimo. Con mucho cansancio volvimos a casa aunque nos dió pena volver porque el tiempo estaba mejorando y se estaba de maravilla disfrutando de la brisa y de la tarde marinera.
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