Noche de San Juan en mi barrio

El año pasado no lo sabiamos, aparecimos justo al final, cuando las brasas estaban apagadas, fué una sorpresa. Este año hemos estado esperando con ganas la fecha y nos ha dado mucha satisfacción fascinarnos con las llamas y poder honrar al Santo a tan pocos metros de casa. Nuestra iglesia está advocada a San Juan y entre los vecinos de toda la vida se celebra el encendido de la hoguera sanjuanera vispera de la onomástica. Previamente al encendido nos regalaron una buena chocolatada con bizcochos de soletilla, como los de toda la vida. A la hora acordada, las 10 de la noche, la hoguera comenzó a arder. Mientras ardia era inevitable pensar en todo lo que querrías quemar de tu vida y hacerlo desaparecer para renovarlo. Son momentos de quietud en los que el silencio se apodera de todos los allí presentes porque han entrado a funcionar a tope los pensamientos. Todavia estaba muy claro el dia y habia mucha gente del barrio y de otros sitios revoloteando por alrededor. Sin darnos cuenta la luz comenzó a caer y nos quedamos solo los de alli. Entre las sombras se traslució un movimiento de gente que trasladaba bultos a pocos metros de la hoguera. Lo primero que vislumbramos fueron cajas de botellas de vino que se abrieron y escanciaron a toda velocidad. Una barbacoa con tapa de medio bidón encendió su propia hoguera y un desfile generoso de morcillas, txistorras y pancetas que auguraban seguras e inmediatas delicias, comenzó a pedir brasas. Tras unos largos y ansiosos momentos esperando ese maná al olorcillo de la carne braseada y aliviados solo por unos sorbitos del vino  cosechero, se desveló el apetitoso tesoro de la noche. Con tino y manos expertas, una vez metidas y untadas en el tiernecito pan, todas las delicatesen se transformaron en deliciosos bocaditos churruscantes que chorreaban aromatica grasa calentita y sabrosa aplaudida por todos los vecinos, casi todos nuevos para nosotros y que en progresion geometrica nos fueron presentados por amigos comunes sabiendo que tendriamos que conocernos para siempre. Nos fuimos pasadas las 12 y la hoguera todavia seguia encendida. Al dia siguiente la misa solemne a San Juan dio paso a un vermout muy aplaudido de nuevo. No nos apuntamos a la comida popular por prudencia pero el próximo año sí que estaremos disfrutandola con nuestros nuevos vecinos pues ya cuentan con nosotros y por supuesto que corresponderemos amablemente a su invitación.