Laos y sus mercados

Estuvimos en muchos mercados, nocturnos, diurnos, de carretera... los vegetales lucian su verde orgullo de hoja y no faltaban las frutas, algunas verduras era diferentes a las nuestras y otras parecidos a las que tenemos aunque de otros tamaños, como las berenjenas enanas, acelgas, espinacas y muchas clases de setas, incluso las setas de arbol que son medicinales. Las olorosas especias eran infinitas, el jengibre, cilantro, pimientas y y chiles abundaban tanto que te los encontrabas por ramas en cantidad de derroche en sus preparaciones culinarias. Lo que mas me llamó la atención de ellos fué la profusión de pescados del rio Mekong, qué variedad de especies, mariscos incluidos, algas desecadas con especies, y sobre todo la forma de conservar la inmensidad de pescado que tienen y sus formas de procesarlo. Allí mismo los asaban delicadamente pegados a 2 palitos de esos con los que se come el arroz, pero penas probamos el pescado porque es uno de los alimentos peligrosos en un viaje y aunque el pescado de rio no nos atrae mucho habia que reconocer que son unos especialistas en tratar su conservacion porque los desecan, los ponen en salazón, con diferentes adobos, tratan las algas con sesamo y mas especias las venden en láminas...Todo muy limpio, la verdad. Tambien hemos visto calamares transparentes formando una fina lámina, langostinos enormes pero de rio, ranas viva esperando comprador y algunas otras especies mas que prefiero no nombrar. El guia que teniamos compró un monton de peces en conserva para llevar a su mujer cuando nos aproximabamos a la capital Vientiane y se le hacia la boca agua cuando nos contaba cómo se preparaba lo que estaba comiendo. Compraba de todo y en otro mercado de carretera en el que paramos, no pudo resistirse a enseñarnos unas botellas de aguardiente conteniendo algo parecido a ramas de canela y alguna lagartija dentro que aseguraba segun su compador, potencia sexual y nos asombró que se vendieran como churros pues habia cola.... me aconsejó comprar una pomada para la piel que olia a rayos y resultó ser muy efectiva para las picaduras de mosquitos. Los mercados nocturnos se dedicaban mas a comida preparada y a textiles y utensilios para casa.
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