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Cumpleaños de Patricia

Cumpleaños de Patricia

Ayer y con motivo del cumpleaños de mi amiga Patricia, estuvimos visitando en Haro las bodegas Roda para celebrarlo. Como era de esperar, encontramos una bodega magnífica, inmensa, con un calado larguisimo excavado a 14 metros de profundidad que desemboca en un balcón espectacular de cara al Ebro lleno de paz y donde podrías quedarte horas enteras contemplando sus aguas. Esta bodega es también muy diferente de las otras bodegas que ya hemos visitado hasta ahora, aunque se ubica en el mismo lugar que ellas separándose sólo unos escasos metros de distancia, pero así son las bodegas de la zona y por supuesto, goza de su propia personalidad, una forma exclusiva de elaborar sus propios productos y conseguir llegar al público ofreciendo unos vinos deliciosos de bodega única, sabores con sello propio: muy Roda y muy Sela. Hay que destacar el buen hacer de la persona que nos paseó junto a las enormes cubas y barriles, Vega, muy amable y entendida que dedicó a mi amiga toda su atención y nos explicó el origen de esta bodega, no muy lejano en el tiempo, asi como la forma en la que ellos llegan a elaborar su producto, de gran exquisitez pues sólo se dedican al vino tinto y su elaboración es mayormente artesanal. También tuvimos la oportunidad de apreciar una exposición fotográfica que quería emular un maridaje de fotos, lo mismo que se hace con la comida y el vino. Fotos de los años 50 en blanco y negro, algunas poco entendibles, otras muy curiosas, donde la que más me llamó la atención fué la de un joven y excéntrico Dalí que aparecía con una estrella de mar como anteojo. Luego tuvimos la degustación de sus vinos que también incluyó la de aceite de arbequina en tostadas con sal maldon que nos vino de maravilla como protector del estómago. Tras acabar nuestra visita, llegamos al casco histórico de Haro a tomar el aperitivo en el Bilibio, un caramelo de pasta filo con langostinos a la japonesa, previo a la comida en el Vega, un lugar seguro donde sabemos que siempre vamos a quedar bien. Paseamos la comida visitando la iglesia de Santo Tomás donde estaban de museo y se exponían elementos litúrgicos antiguos destacando una sacristia que recogía una curiosa colección de vinos de misa de todo el mundo. Después subimos al mirador de lo alto, con las letras de Haro estilo Hollywood, donde corria el viento muy refrescante que nos ayudó a superar el soporcillo que provocan los efectos de la ingestión de tanto caldo rico y mezclado: reserva, joven, blancos, tintos..... A continuación pusimos rumbo a Labraza y allí con los cuñados fuimos a las viñas de la familia a por nuestra pequeña cosecha de uvas muy dulces disfrutando de un bonito paseo entre los viñedos con la luz del crepúsculo al fondo y el viento removiéndonos el pelo. Después cenamos todos juntos charlando y pasando muy buen rato y el tiempo nos hizo volver, apareciendo en casa pasada la madrugada. Patricia se lo pasó muy bien y nosotros nos alegramos de manera especial por haber contribuido a ello.

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