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La fiesta de la vendimia

La fiesta de la vendimia

El domingo dia 18 de septiembre tuvo lugar la fiesta de la vendimia en Oion y como está al lado de Labraza quedamos a comer con Maite e Ilde. Oion es un pueblo muy alavés y muy riojano a la vez, tiene mucho ambiente y en su cooperativa solemos comprar el vino de casa. El cuñado Ilde tiene allí la casa familiar que ahora está restaurando y mucha familia que hemos saludado alguna vez que disfrutamos de sus fiestas. LLegamos pronto y la verdad sea dicha, nos gustó tan poco el ambiente que en menos de una hora pusimos rumbo a Logroño. La fiesta consistía en comprar por 6€ una copa con derecho a 6 degustaciones y pasearte por los diferentes puestitos de las bodegas probando sus productos cosecheros a toda velocidad, como si nunca hubieras bebido vino. Habia mucha gente que había venido también en autobuses organizados, demasiados bilbaínos triperus al amparo del buen vino y abundantes caras de lo mas alegres donde era fácil imaginar la cocedura que se iba dibujando en sus caras, cuyo rostro acabaría como el mapa de la rioja tras los seis generosos vinos y alguno mas encima...., aunque para paliar el efecto del alcohol en vena se ofrecían en puestos de sobra todo tipo de venta de comida: talos con chorixo, bocadillos variados frios y calientes, chorizo a la sidra, embutidos, dulces....con grandes colas en todos ellos. Por allí andaban también las autoridades, kalendari incluido, cuyos escoltas custodiaban el consistorio. Aprovechando los expositores de los artesanos, compramos unas alubias pintas alavesas y crema de queso de oveja. Tra dar la vuelta al pueblo pusimos rumbo a Logroño, que está solo a 4 kilómetros. Creo que no vamos a volver a muchas mas fiestas vendimieras, pues el plan nos pareció soso y guiri. Cuando llegamos a Logroño, la brújula nos marcaba como siempre la calle del Laurel y se nos planteó el problema de siempre: dónde tomamos algo? hay tantos sitios que no sabes cuál elegir, asi que como hacia mucho tiempo que no visitábamos este paraíso del poteo, entramos en el grasiento bar de los "matrimonios" pincho muy bien denominado por su composición que estaba tan rico como siempre: bocadillito a la plancha con una anchoilla en aceite y un boquerón en vinagre. Luego probamos en otro tasco morro de cerdo frito y txitxikis con huevo, delicioso. No quisimos tomar mas porque íbamos a comer a casa de Maite e Ilde, asi que como todavía teniamos tiempo para las 3 de la tarde, fuimos hasta el Principado de Viana donde dimos una vuelta sin tomar nada y después nos dirigimos a Labraza.

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