Meses de santos

Junio y julio son nuestros meses favoritos porque la luz alarga el día, el sol calienta más y las primeras fiestas de la temporada se acogen con mucha alegría. Comenzando por San Antonio el casamentero, al que no pudimos visitar en Urquiola porque estábamos en Grecia. Luego vino San Juan y dejé mi papelito de deseos en la hoguera de Judimendi. Hacía un montón de años que no ibamos a disfrutarla en ese fuego tan alimentado por los apuntes de los estudiantes. Allí nos tomamos el primer chato del verano. Luego vino San Pedro y fuimos a honrarlo a en Gardelegui a su iglesia de murales medievales y donde sus amables vecinos nos invitaron a un generoso aperitivo de tortillas variadas. Despues ya entrado julio, madrugamos con los encierros por San Fermín. Enseguida se asomó San Cristobal llevando al Niño en sus hombros y el Obispo nos bendijo en el nombre del Santo el coche bien abollado por la granizada del jueves anterior. Poco después celebramos con misa solemne a la Virgen del Carmen. Después llegó Santiago con misa en la catedral, ajos, blusas y neskas por la calle y casi al final han aparecido San Joaquín y Santa Ana, los patrones de los abuelos que finalmente preceden a San Ignacio, muy celebrado en Bizkaia, pero no menos aquí ya que en el barrio tenemos una iglesia advocada a su nombre.
Que todos ellos nos protejan durante el año y nos guien por el buen camino. Amén.
0 comentarios