Celebrando

Ese mismo dia que firmé la venta, el 1 de julio, para celebrarlo, porque la ocasión lo merecía infinito, invité a Pedro a comer al antiguo Tragoska, que ahora lo lleva el sobrino del anterior propietario al que deseamos se recupere muy pronto y bien de sus dolencias. Como tienen un proveedor de pescados estupendo, el éxito de lo que vas a degustar siempre está asegurado. De primero unas vieiras gigantes y unas cigalas a la plancha, qué menos, y de segundo la merlucita al horno que bordan como nadie, el vino, el de la amapola, el que más nos gusta. La cena fue muy emocionante porque para mi es el fin de un tiempo oscuro lleno de miedos que ha durado demasiado y el comienzo de una nueva etapa, en este año de novedades, como la de que ya estamos jubilados. Todavia no me he hecho a la idea, me parece tan maravilloso haberme librado de aquello que no me lo puedo creer. Es como si el mundo ahora tuviera una inmensa variedad de colores.
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