El primero de la temporada

No nos lo esperabamos tan pronto....Fuimos este sabado por esa zona con la intención de buscar un asador muy elogiado en las redes, pero estaba cerrado, como tantos sitios estupendos que se han visto obligados a cerrar por la triste historia que estamos todavia pasando. Entonces se nos ocurrió como plan B intentar comer en un sitio que teniamos pendiente desde el inicio de este largo invierno donde la chica monisima de la barra llamaba la atención aunque no quisieras mirarla, porque con el frio que hacia dentro del bar con eso de que hay que mantener ventilacion cruzada, la ligereza de la ropa que llevaba subrayaba los colores y formas de sus tatuajes y otras interesantes dotaciones anatómicas que lucia y que sin querer mirabamos hipnotizados. Hay que señalar que cuando nos encaminamos hacia el sitio y comentamos si allí seguiria o o esa monada, a Pedro le salia la misma sonrisa que le sale a un niño cuando le dices que le vas a comprar un helado. Y para la alegria de la vista de los muchos admiradores que en todo este tiempo ya se ha granjeado, allí seguía la Prety Woman todavía, con su minifalda de perlas y espalda al aire mientras los demás teniamos subido el abrigo hasta el cuello. La chica se movía y estiraba a por el botellerio de las baldas con gracia y salero y yo me imaginaba que también esperando con fé a que llegara su Richard Geere antes del próximo invierno para retirarla de una vez por todas del miramiento de tanto babosillo que por allí le ronda diariamente. El caso es que nos sentamos al frio aire libre en una minibanqueta de tronco de una mesa redonda con su mantelito de cuadros diseñada artisticamente con cuñas de la misma madera, junto a una pared de hiedra y piedra autentica que en vez de protegernos nos irradiaba la humedad helada acumulada durante la temporada, pero tampoco nos importa ya que mejor estamos en la calle que no confiandos en casa, asi que muy bien. Como donde estábamos es un calco del restaurante que hay unos metros mas adelante, ya nos sabiamos el menú y decidimos comenzar la temporada del txuletón en este otro sitio, igual que hicimos el año pasado en el asador de siempre allá por junio. Qué alegria cuando la inmensa pieza salió humeante como un rey emergiendo de las nubes... todo el mundo lo aclamaba. La verdad es que estaba buenisimo y nos lo comimos sin tardar. A ver si esta prisa por empezar la temporada de verano ayuda a que se vaya rápidamente lo que nos impide a vivir con la alegria y la libertad que tanto necesitamos. Nosotros afortunadamente, ya disponemos de la mitad del próximo billete a la libertad y la otra mitad nos la ponen a finales de junio, qué celebración por todo lo alto haremos!!!
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