Dura la alegria

Hace una semana que estuvimos celebrando el cumpleaños de Pedro y todavia me dura la alegria. Qué placer tan grande, cómo disfrutamos en esta ceremonia del cascareo y chuperreteo, el ay que me me quemo y se me resbala el juguito brazos arriba. La verdad es que agradeces comer algo tan bien cocinado que jamás podrias conseguir en casa. Ya me ha pasado traer un buen género para ponerlo a la plancha y estropearlo llenando la casa de humo y de grasilla ensuciandolos armarios de la cocina. También me pasó asar un txuletón inmejorable a la brasa en la barbacoa del parque de Izki y dejarlo como una zapatilla. Para hacer ambas técnicas de cocina hay que saber el punto, tenerlo muy experimentado y usar los medios adecuados. Nosotros lo tenemos claro: es preferible esperar y comer estas cosas como Dios manda aunque sea muy de vez en cuando. Tenemos cerca de casa a nuestro amigo el del Tathan que ofrece un plato llamado Homenaje donde degustas media ración de todo a la plancha. Las gambas salen saladitas y crujientes, las navajas jugosas, los mejillones de roca son un bocado exquisito, la sepia tiernecita, los langostinos potentes y llenos de sabor..... lo peor que te puede pasar es llevar a casa el humo de esas planchas y esto no es nada en comparación con todo lo que has disfrutado.