Agua dulce

Con todo lo que me gustan los paseos en barca, tuve la suerte de disfrutar mas de la mitad de los dias de la delicia de deslizarte por lagos, rios y cañones. Cruzando el lago Atitlan, el ombligo del mundo, un volcan en forma invertida con profundidades de mas de 300 metros, sin orillas, lugar sagrado que conecta con el inframundo. Alojarnos en un palafito encima de la laguna de Rio Dulce con los pescadores a pocos metros de la cabaña. La llegada a Livingston por el Rio Dulce disfrutando de la selva tropical y sus aves, paseando en lancha por el Cañón que quedó tras desprenderse la tierra descubriendo manglares y jardines de nenúfares hasta su salida al mar Caribe. Alcanzar el sitio de Ceibal por más de una hora de navegación por el rio y otro tanto de vuelta y al dia siguiente tambien al visitar Yaxhá cruzamos toda la laguna en lancha. He disfrutado mucho con estos paseos.
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