Dia retorcido

Bajamos a Zumaia en un dia de tremendo calor en Vitoria, pero allí nos encontramos el pueblo sumido en la bruma y tan fresco como para llevar chaqueta y ni pensar en poder quedarte en la playa. Tampoco nos importó mucho porque nuestra intención principal era disfrutar de la talasoterapia del hotel que está junto a la playa urbana, pero nos hubiera gustado darnos un paseito por la orilla mojandonos a gusto. Otra poco agradable noticia nos sorprendió nada mas entrar: acababan de implantar la OTA por todas las calles de la zona histórica, la mas visitada y tuvimos que dejar el coche junto al polideportivo, relativamente lejos, lo que nos hizo perder un buen tiempo. Nos dirigimos al hotel pero como no habiamos reservado hora porque fué imposible comunicarse con ellos por teléfono, nos citaron para recibir los baños a la tarde, menos mal, asi que antes de comer allí mismo, nos dimos una vuelta bordeando la ria. Tampoco pudimos avanzar mucho porque el paseo del rompeolas todavia está en obras y no logramos alcanzar el punto desde donde se ve la playa de Santiago en la que ya tenemos ganas de bañarnos, a ver si viene el buen tiempo. Tanta desgracia junta terminó cuando de vuelta del cortisimo paseo decidimos tomarnos algo antes de comer y encontramos por casualidad este sitio donde nos pusieron unos pisco sauer deliciosos. La comida en el hotel no estuvo mal, pero el sitio junto al mar merece la pena y la sesion de talasoterapia fué una maravilla, como siempre. A ver si conseguimos ir un dia de estos a la playa, que tengo muchas ganas.