Subiendo Herrera

A primeros de noviembre fuimos a Logroño a dar una vuelta. El dia estaba cálido y soleado en Vitoria y cuál fué nuestra sorpresa cuando al empezar a bajar el puerto de Herrera una niebla feroz cubria toda la inmensa extensión de pueblos riojano-alaveses. Lo normal suele ser al revés, encontrarte con un dia nublado o nuboso en casa, pasar Herrera y verlo todo despejado, asi que nos extrañó este fenómeno metereológico que nunca habiamos vivido. Luego en Logroño capital, la niebla al no dejar pasar el sol, dejaba un ambiente muy desapacible, y la sensación de frio humedo aumentada con el vientillo helado que subia desde el rio lo ponia peor. Como no ibamos muy abrigados, pasamos frio. Lo aliviamos un poco metidos en una tienda donde compré unos trapillos que me sientan de maravilla. La comida en el Well Fandango sumada al café de la calle Portales nos entonaron el cuerpo. De vuelta a casa los viñedos vestidos de otoño nos parecieron tan atractivos que nos pasamos un buen rato contemplándolos. Todavia tenian racimos de uva colgados debido a que la cosecha este año ha sido tan abundante que hubo que dejarlos en sus cepas porque no podian contener mas uvas las bodegas. Ademas hay que hacer constar que este año la cosecha ha sido catalogada como excelente. Cuando subiamos Herrera de vuelta a casa traspasamos la niebla y nos volvimos a encontrar con el dia soleado que dejamos al bajar. El espectáculo que se ofreció ante nuestros ojos fué tan maravilloso que paramos en el mirador a tomar fotos de los mares de nubes.
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